
La Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba es, desde hace años, una organización que transita un período de franca decadencia.
Es un hecho comprobado que los jóvenes cubanos han perdido el interés de pertenecer a las filas de la UJC, la pregunta es ¿por qué?
Interrogados algunos jóvenes que militan en activo, o que alguna vez militaron, los argumentos inciden en el hecho de que los jóvenes “están disgustados” porque “no se ven representados”, ni perciben que sus criterios sean tenidos en cuenta o se dé solución a sus problemas, desde las altas esferas del Estado.
Durante años, la UJC fue vocera de una ideología, pero también de una “alegría militantona” que promovía fiestas, conciertos, maratones y todo tipo de actividades, en las que diversión e ideología parecían ser motores de unos jóvenes que no paraban de decir el “somos felices aquí”.
Pero esa época ―como tantos otros espejismos― quedó atrás por la decepción y la deserción…. Pues alarmantes son las cifras demográficas de una Cuba que envejece porque sus jóvenes emigran o no se reproducen.
La de la UJC no es una “pérdida de protagonismo” porque sí, es una pérdida de protagonismo que pide a gritos formatearse, como formatearse necesita la Isla entera.
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