Uno de los rituales más repetidos entre los turistas que visitan La Habana es pedir suerte a El Caballero de París.
Para ello tradicionalmente los visitantes frotaban la barba del caballero, sin embargo, el ritual se ha ido complicando y ahora consiste en frotar la barba, la mano y el pie del caballero al mismo tiempo.
Quién es El Caballero de París
El caballero era el gallego José María López Lledín, un transeúnte que recorría la capital cubana en los años 50.
La escultura fue mandada colocar en la acera de la Basílica Menor de San Francisco de Asís en la Habana Vieja, por iniciativa del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, como homenaje al famoso personaje.
Muy cerca de la escultura, en una cripta en el interior de la Basílica Menor, reposan los restos mortales del Caballero de París.
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