Símbolo por excelencia de los peores tiempos de escasez y penurias del Período Especial en la década del 90, el uso de la bicicleta en Cuba decayó en los primeros años del nuevo siglo en favor de otras variantes, ciertamente más cómodas (almendrones y taxis ruteros) pero también más caras, y en todo caso opciones que no todos los cubanos se han podido permitir, y que también han atravesado sus propios períodos turbulentos.
Sin embargo, pese a ese bajón en el uso que duró algunos años, la bicicleta está regresando gradualmente a ser una opción tenida en cuenta tanto por los ciudadanos de la Isla, como también por turistas o extranjeros residentes en el país.
Según indica este reporte de AP, el municipio de Cárdenas (en Matanzas) figura a la cabeza de los nuevos aires que ha tomado la bicicleta como medio de transporte en Cuba.
Dos factores influyen en ello: el relieve llano de ese territorio (que facilita el uso), y también el hecho de disponer de una menor oferta de transporte estatal en relación con otros lugares del país (como La Habana), lo que obliga a buscar alternativas viables de movilidad.
En Cuba conviven todo tipo de modelos, adaptaciones e inventos en materia ciclomotora, fruto de las dificultades para acceder a buenas bicicletas, y también a los precios de las que hay en el mercado. Sin embargo, en este tema, como en muchos otros, los cubanos se las ingenian para salir adelante.
A ello se suma que en el área del cuentapropismo también la bicicleta se ha ganado un espacio más profesionalizado, que va más allá de aquellos "poncheros" particulares que proliferaron en los años 90.
Este reportaje destaca la interesante experiencia de “Velo Cuba” (2014), una de las agencias de alquiler y reparación de bicicletas creadas en los últimos años en La Habana, que emplea casi exclusivamente a mujeres, y que acaba de inaugurar su segundo taller en la capital. “Velo Cuba” ofrece paseos guiados a los turistas, para lo cual cuenta con un parque de 40 modelos de bicicletas.
Ante un sistema de transporte público poco fiable y teniendo en cuenta las crisis puntuales que ha vivido el sector cuentapropista del transporte en los dos últimos años, la bicicleta emerge nuevamente como vía segura y económica, que ahorra más de un dolor de cabeza a quienes la usan.
No obstante, aunque la bicicleta ha vuelto a retomar un espacio que va camino de afianzarse, hay que tener en cuenta que muchas son también las tareas pendientes: entre ellas la ausencia de ciclovías y el aumento de la educación vial, factores fundamentales en un país que sigue registrando un elevado porcentaje de accidentes de tránsito.
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