El viaje de vacaciones a Cuba de Víctor Barroso para conocer a familiares se convirtió en una pesadilla, que culminó con una estancia de dos años en las cárceles de la Isla.
Corría el 18 de noviembre del año 2012 cuando este joven cubanoamericano sobrevivió a un trágico accidente de tránsito cuando viajaba desde Cienfuegos a Camagüey. En el siniestro perdieron la vida los tres amigos con los que circulaba después de que el auto chocara contra un camión que llevaba 43 pasajeros.
El balance fue de seis personas muertas y para Barroso el inicio de un mal sueño. Estuvo durante ocho días en coma y al despertar descubrió que había perdido su brazo derecho, además de tener múltiples golpes en la cabeza y el rostro.
Un reportaje del programa Primer Impacto de Univisión recordó el infierno que sufrió cuando la Policía cubana se presentó en el hospital donde estaba ingresado y lo arrestó por cargos de homicidio involuntario.
Lo que en aquel momento no sabía este pelotero, que se encontraba en estado de shock, era lo que iba a sufrir en los centros penitenciarios de la mayor de las Antillas.
"Me querían violar"
Barroso fue trasladado a una cárcel donde vivió en condiciones de precariedad y sin el tratamiento médico que necesitaba tras la colisión. El infierno no terminó ahí, ya que posteriormente lo llevaron a una prisión para extranjeros.
"No se podía dormir, me querían violar. Me veían más débil al tener solo un brazo. Te podían meter un cuchillo durmiendo. Sufrí diarreas, estaba deshidratado, flaco", relató.
En 2015 salió de la cárcel dentro de un intercambio de presos entre el Gobierno de Cuba y Estados Unidos durante el mandato de Barack Obama.
El citado medio detalló que un médico le donó la operación para conseguir tener una prótesis, pero los cerca de 400.000 dólares de esta prótesis hacen que sea un sueño muy complicado de alcanzar.
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