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Cubana de 61 años al borde de la muerte en la selva del Darién: “No puedo más, no puedo seguir”

"Por favor, ando crítica, con crisis respiratoria; no puedo más, no puedo seguir", se le escucha decir en uno de los mensajes que envió desde la selva.

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Este artículo es de hace 4 años

Onelia Alonso, una cubana de 61 años, salió de Necoclí, municipio de la región de Antioquia en Colombia y se internó en la selva del Darién en un recorrido marcado por la desesperación.

Según puede escucharse en mensajes de audios enviados a un corresponsal de Diario de Cuba (DDC), Alonso se encontró al borde del colapso en varias ocasiones.

En el video, desde el puerto de Necoclí, Onelia pedía ayuda humanitaria a las autoridades de Panamá, imploraba que mandaran avionetas a la selva para sacar de allí a los migrantes que corrían peligro, entre ellos una anciana de 81 años y una embarazada de 38 semanas.

"Le pido a la gente de Panamá que no nos dejen morir en la selva, que saquen en una avioneta humanitaria a personas enfermas como yo, con problemas de asma y diabetes", suplicaba la cubana.

La migrante de 81 años a la que hace referencia Onelia en el video es Eneyda Emiliana Hernández Fernández. Partió a la selva junto a los 200 cubanos que dejaron los puertos de Turbo y Necoclí esperando llegar a Estados Unidos.

"No tengo futuro. ¿Qué le espera a una mujer de 81 años, enferma, en la selva? La muerte", dijo Eneyda Emiliana angustiada a Diario de Cuba.

Esta anciana atravesó para llegar a Colombia la selva del Orinoco y una Venezuela en crisis, pero nada la asustaba tanto como adentrarse en la selva del Darién, donde tantos migrantes han muerto.

Por su parte, Onelia Alonso esperaba que la trasladaran de Necoclí a Panamá en lanchas. A pesar de que en un primer momento de la grabación aseguraba que ella y otras personas enfermas no podían atravesar la selva, que era imposible, después se vio obligada a hacerlo, a falta de respuesta de las autoridades fronterizas.

"No podemos pasar la selva del Darién. No es porque no queramos, es por enfermedad y por nuestra condición. Por favor, les pido que nos ayuden", así solicitó Onelia respaldo para ella, la anciana y embarazadas del grupo.

"Por favor, ando crítica, con crisis respiratoria; no puedo más, no puedo seguir", se le escucha decir después en uno de los mensajes que envió desde la selva.

Una habitante de Puerto Obaldía, otra de las comunidades de la región fronteriza entre Colombia y Panamá, informó al medio citado que Alonso fue asistida finalmente por el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) de Panamá.

A ella y a Eneyda, la mujer de 80 años, las autoridades le proporcionaron una yegua para que llegaran a la loma de Armila. Pero, aclaraba la fuente de DDC, después de este punto, le quedarían cinco días de viaje por la selva. “Estas señoras no van a aguantar”, señaló.

Poco después, el mismo informante dio a conocer que autoridades del SENAFRONT no dejaba entrar a los emigrantes al poblado de Puerto Obaldía. Estas pequeñas localidades fronterizas están siendo fuertemente presionadas por las instituciones migratorias para que no brinden asistencia a los migrantes.

“A esa pobre gente la deben dejar entrar al pueblo, que se repongan; si es caso, que sigan en avión. Tirarlos por la selva es matarlos. Estos caminos no soportan más cadáveres de niños, mujeres y hombres que no le han hecho daño a nadie", lamentó este vecino de la zona.

Onelia Alonso, expresa política, pertenece a la asociación Damas de Blanco de la región central de Cuba y viaja en calidad de refugiada. Es parte del grupo de emigrantes cubanos que llegó a finales del año pasado a Trinidad y Tobago.

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