Marian Boada abandonó en las últimas horas del hospital donde había estado ingresada después de recibir el pasado sábado 31 de agosto tres disparos de bala en Odessa, Texas.
"No fue algo que yo pude ver. Cuando me di cuenta, vi cristales y los tres huecos en mi brazo", comentó en una entrevista con América Tevé, donde relató los momentos de terror que vivió cuando se dio cuenta de que había sido herida.
Sin embargo, lo que más le preocupaba en aquel momento no eran las heridas, sino saber cómo estaba su bebé de 11 meses que iba junto a ella en el auto.
Aquello forma parte del pasado y ahora ya puede abrazar a su pequeño. Además tendrá que iniciar un proceso para "recobrar la movilidad de los dedos". "Tengo que aprender de nuevo a escribir y comer", explicó al citado medio.
Esta mujer, de 27 años y natural de Boyeros, se encuentra junto a sus padres que vinieron de Cuba. Recientemente su esposo Hecguel Casana recordaba que si Marian estaba viva era de milagro.
Su familia abrió una campaña en la plataforma GoFundMe para recibir ayuda con los gastos médicos.
En el tiroteo de Odessa murieron siete personas y otras 25 resultaron heridas. Entre las víctimas mortales se encontraba Rodolfo Arco, un ciudadano cubano de 57 años que se había mudado a esta ciudad huyendo de la violencia de Las Vegas.
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