Le pusieron una cámara en la espalda y se fueron a cenar. Una historia contada desde el punto de vista de un perro El pastor alemán dio vueltas por la casa, subió y bajó las escaleras, se recostó al lado de la cama de sus humanos y miró por la ventana incontables veces. Claramente echaba de menos a sus compañeros de hogar y cuando los volvió a ver, la emoción se le notó por cada poro del cuerpo.
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