En cualquier lugar del mundo el tiempo es oro. Desperdiciarlo significa perder dinero, oportunidades, vida. En Cuba, el país de la espera, resulta que ¡no hay cómo no perderlo!
Todo aquí parece estar diseñado con este fin: bien lo saben los que tienen que hacer colas –la mayoría de la población– y para casi todo. Aunque cuando se trata de la del pollo del mes o el papel sanitario con sus varias horas (sobre todo en La Habana actual), la cosa es realmente seria.
Sí, la forma en que está estructurada la vida en La Mayor de las Antillas te impone una relación muy peculiar con el tiempo, que no se parece a la de ninguna otra parte del mundo y que puede desembocar en una paciencia sorprendente y sabiduría ascética o en un infarto.
Bueno, esto último sí se asemeja a lo que pasa en el mundo a las personas que sufren de gran estrés. Solo que fuera de la isla es porque la vida va muy rápido y el tiempo no alcanza y dentro, porque se pierde miserablemente de una manera tan desesperante que el resultado es el mismo.
Por eso seguro coincides con nosotros en que hay un monumento que se echa en falta en este país profuso en magníficas obras monumentales: uno a la paciencia. Que dada la prolongación de la espera de la prosperidad general debe ser mucho más colosal que el Capitolio Nacional o tal vez ¿Más alto el Pico Turquino? Tú nos dirás.
A pesar de esto, Liborio (el pueblo cubano), siempre se las ingenia para encontrar o crear la sabiduría que le permite subsistir. Está reflejada en todos los refranes que ha creado.
No son la panacea universal, pero tenerlos en cuenta en el momento preciso (en la cola más extensa o cuando no ves la luz al final del túnel) te ayuda a desarrollar una mejor relación con el tiempo e incluso más allá de esto, te enseñan cómo usarlo.
Si lo crees así, tienes otro criterio u otro refrán que añadir, por favor, inclúyelos en los comentarios. Aquí te van quince:
1. Es mejor perder un minuto de la vida que la vida en un minuto.
2. No por mucho madrugar, amanece más temprano.
3. El que espera lo mucho, espera lo poco.
4. Al que madruga, Dios lo ayuda.
5. El tiempo lo cura todo.
6. Si tu mal tiene cura ¿pa’ qué te apuras? y si no la tiene ¿por qué te apuras?
7. Mejor tarde que nunca.
8. El tiempo no perdona.
9. No van lejos los de adelante, si los de atrás corren bien.
10. A tiempo, siempre se gana tiempo.
11. Vale más llegar a tiempo que ser convidado.
12. El que espera, desespera.
13. A mal tiempo buena cara.
14. No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy.
15. El que tiempo tiene y tiempo espera, tiempo llega que, aunque quiera hacer, no pueda.
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