Los cubanos nacidos a partir de la segunda mitad de los años ochenta quizás no recuerden la larga tradición de la panadería y la pastelería cubanas. Entre los deliciosos panes y la diversidad de nuestras panetelas típicas hay un ejemplar que sabe encajar en cualquier horario de comida: la gaceñiga.

Este dulce debe su nombre a la cantante de ópera Marietta Gazzaniga. La soprano de origen italiano causaba furor en sus viajes a Cuba, por allá por 1857. En su honor un comerciante elaboró un dulce que nombro “Pan De Gazzaniga”. Pero entre el acento cubano y las cosas de la vida derivó en “Gaceñiga”.

¿Panqué o Gaceñiga?

La gaceñiga se diferencia del panqué fundamentalmente por su tamaño. Es más alargada y menos gruesa. Esta cualidad es quizás la razón por la que no suele hornearse directamente en el molde, sino que se coloca siempre sobre un papel vegetal que permite quitarla de la moldura sin riesgo de que se parta.

En el extraño caso de que no la hubieras probado, enseguida la reconocerás en una pastelería cubana cuando veas una caja amarilla, larga, medio ancha y de poca altura. Encontrar una de estas coloridas cajitas sobre la mesa de una casa cubana provoca predisposición al misterio. Sobre todo, cuando al meter la mano en ella no alcanzas la gaceñiga al primer intento.

¿Qué por qué es un comodín?

La gaceñiga es el comodín de los dulces cubanos porque encaja en cualquier momento del día y combina con muchos alimentos. Es genial acompañante del café, la mejor pareja del helado, ideal para mojar en leche, se lleva de maravilla con el té. Y por si fuera poco, tiene la capacidad de transformarse en Sponge Rusk.

Para hacerla en casa sólo necesitas un molde rectangular y la Receta de Gaceñiga de CiberCuba Cocina. Cuando la hagas no olvides contarnos tu experiencia.