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Cementerio de Espada, el primero de Latinoamérica fuera de una iglesia

El Cementerio General de la Habana fue rebautizado como Cementerio de Espada, en honor al Obispo de Espada y Landa, quien financió la realización total de la obra.

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Cementerio de Espada Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 16 años

Las tradiciones funerarias han distinguido a las distintas civilizaciones a lo largo de la historia de la humanidad. Desde los tiempos remotos, este tipo de rituales, incluido el enterramiento, se llevaban a cabo en templos religiosos.

Todo ser humano encontraba allí sitio para el descanso final, solo que dentro del recinto, el lugar que se le diera dependía del nivel que socialmente ocupara en vida el occiso.

Cementerio de Espada / CiberCuba

Este tipo de hábito iba en detrimento de la salud pública. Se le dio solución definitiva al problema con la Real Cédula otorgada en el siglo XVIII, que ponía fin a esta costumbre.

En Cuba se construyó el primer cementerio fuera de una iglesia. Esto ocurrió bajo el gobierno de Don Salvador De Muro y Salazar, Marqués de Someruelos, quien mandara a cimentar tal sitio entre las actuales calles de San Lázaro, Vapor, Aramburu y Espada.

Después de llamarse de modo oficial Cementerio General de la Habana, sería rebautizado como Cementerio de Espada, en honor al Obispo de Espada y Landa, cuya mano fuera decisiva para su culminación.

El prelado financió con su propio caudal la realización total de la obra, así como los tres negros esclavos con igual número de carretones tirados por caballos para el traslado de los cuerpos.

El proyecto estuvo a cargo del arquitecto francés Etienne-Sulpice Hallet. Las pinturas que lo engalanaban llevaron la firma del veneciano G. Perovani. Quedó oficialmente inaugurado, con toda la solemnidad debida, el 2 de febrero de 1806.

Los primeros restos llevados al nuevo cementerio fueron los del ex Capitán General Don Diego Manrique, que fueran exhumados de la iglesia de San Francisco de Asís; así como los del Obispo de Milaza, José González Cándamo, quien fuera gobernador de la mitra de la Habana y que habían sido exhumados de la Catedral.

Muro del Cementerio de Espada / CiberCuba

Aquellos cortejos partieron de la capilla de la Casa de Beneficencia, situada donde hoy se levanta el Hospital Hermanos Ameijeiras. Los cadáveres fueron trasladados en cajas de terciopelo negro distinguidas con oro.

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