Varios amigos míos porteños suelen asegurar que la Isla es el único lugar del mundo donde los argentinos, y su cultura, reciben un cariño que colinda con la veneración. Porque el amor de los cubanos por lo argentino salta por encima de barreras ideológicas, históricas y de cualquier otro tipo, para hermanarnos, independientemente de que gane en elecciones la izquierda o la derecha.
He aquí una breve lista de las obsesiones argentinas que han marcado, también, la historia cultural de Cuba y los cubanos.
1-El tango: Aunque nunca ha sido el baile que más fácilmente podamos dominar los cubanos con sus caminatas, improvisaciones, cortes y quebradas, en su versión cantada ha conseguido permanente, eterna popularidad en la Isla, desde la época de Carlos Gardel y Libertad Lamarque (ambos idolatrados por nuestros abuelos) hasta Piazzola, Rinaldi y Goyeneche.
2-La Nueva Canción: Pero la predominancia musical argentina tampoco se detuvo entre los años treinta y los setenta. Hubo pocas influencias tan definitivas sobre el movimiento cubano de la Nueva Trova como Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa.
3- Pop y Rock: Además de la nueva canción, comprometida o protesta, estaba el pop, la música romántica que adoramos los cubanos en las voces de Leonardo Favio, Palito Ortega, Nacha Guevara, Diego Torres, y hasta los Pimpinela… En los años ochenta, una de las principales influencias en la música cubana fue el rock argentino vía Fito Páez, León Gieco o Charly García.
4-El cine: Junto con la música nos llegaron las películas. Los melodramas tangueros, las comedias románticas de los años treinta al cincuenta… en los sesenta y setenta hubo un gran paréntesis, hasta los ochenta, cuando triunfó de regreso el cine argentino mediante Tiempo de revancha, Camila, Hombre mirando al sudeste, La historia oficial, que provocaron en La Habana un entusiasmo incomparable.
5-La literatura: A pesar de las posiciones conservadoras y derechistas del poeta Jorge Luis Borges, en Cuba fue admirado y reconocido. De todas formas, por razones ideológicas y estéticas, se impuso el mucho más cercano y cálido Julio Cortázar, además de Lugones, Ingenieros, Bioy Casares, Roberto Arlt, y muchos otros.
6- El fútbol: La selección nacional argentina de fútbol ha despertado el entusiasmo de los cubanos. En tanto nuestro fútbol jamás llega a tales niveles, pues muchísimos cubanos transfieren su preferencia latinoamericanista a los argentinos. Maradona es considerado en Cuba una especie de semidiós, y también han sido venerados Batistuta, Riquelme, Messi.
7- Humoristas: Al igual que Maradona, el humorista gráfico Quino, también amaba a Cuba. El amor fue tan intenso que los Quinoscopios, una serie de animados cubanos muy populares, son resultado de la colaboración entre nuestro Juan Padrón y el argentino creador de Mafalda. La Quinomanía en Cuba ocurrió poco después que el intelectualismo burlesco de Les Luthiers ejerciera poderosa influencia sobre el humorismo cubano.
8- Los dulces: Si bien en otras partes del mundo es famoso el vino o el mate argentino, o el asado, con sus carnes, o el locro, que es un guiso con porotos y maíz, los cubanos somos fanáticos a los alfajores, esos dulces consistentes en dos o más galletas unidas por un relleno dulce y generalmente bañadas en chocolate, glaseado o azúcar en polvo.
9- Los paisajes: El cine y los medios han impuesto el culto por el paisaje argentino, desde las extensiones ilimitadas de la Pampa, hasta los Andes, las selvas, las cataratas de Iguazú, la Tierra del Fuego, Buenos Aires…
10- Actores y actrices: Quizás ni siquiera los argentinos amen tanto a los actores y actrices de su país, desde Carlos Gardel, Libertad Lamarque y Hugo del Carril, hasta Mirtha Legrand, Luis Sandrini, Nini Marshall, Amelia Bence, y más tarde Federico Luppi, Héctor Alterio, Susú Pecoraro, Cecilia Roth y Ricardo Darín, que fueron adorados en La Habana.
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