Según la revista Woman's Day la actriz australiana se comportó de manera extraña el pasado 8 de enero durante la ceremonia de entrega de los Globos de Oro.
La publicación afirma que en esta ocasión la actriz no destacó por su deslumbrante vestido como es habitual en ella sino por un “extraño” y “disperso” comportamiento que “algunos de los presentes se preguntaran si había tomado demasiado vino antes de la ceremonia”.
La primera muestra de un comportamiento anormal tuvo lugar cuando Nicole interrumpió una entrevista con Tom Hiddleston diciendo: "¡Siento interrumpir! Estoy tan contenta de estar aquí y tengo muchas ganas de pasármelo bien, por eso he venido a hacer esto".
Después de la entrega de premios, durante la fiesta organizada por la cadena HBO, la australiana no quiso probar ni una gota de alcohol e incluso se comportó de manera insolente con una camarera que se acercó para ofrecerle un cóctel.
No obstante, la oscarizada actriz se abalanzó con un apetito voraz hacia los canapés mientras su marido, Keith Urban, trataba de proteger su vestido y que le sacudía las migas.
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