Así son los bombarderos B-2 Spirit que usó Estados Unidos para atacar a Irán

Estados Unidos bombardea instalaciones nucleares iraníes en una operación estratégica de largo alcance

Ilustración no real Foto © CiberCuba

En la madrugada del domingo 22 de junio de 2025, alrededor de las 2:30 a.m. hora local en Irán (IRST) —equivalente a las 7:00 p.m. del sábado 21 de junio en la costa este de Estados Unidos (EDT)—, Estados Unidos ejecutó un ataque aéreo simultáneo contra tres instalaciones clave del programa nuclear iraní: Fordo, Natanz e Isfahán. La planta de Fordo, ubicada bajo una montaña cerca de Qom, fue el objetivo principal por su carácter fortificado. Natanz, situada en el centro del país, es considerada la principal instalación de enriquecimiento de uranio iraní. Isfahán, por su parte, alberga un centro tecnológico con laboratorios y reactores de investigación.

Según fuentes oficiales estadounidenses, los tres objetivos fueron destruidos en una operación calificada como “exitosa”. Irán reconoció impactos en las instalaciones, pero aseguró que habían sido evacuadas previamente, evitando víctimas o contaminación radiactiva. Aun así, imágenes satelitales y reportes de inteligencia occidentales sugieren que Fordo sufrió daños estructurales significativos, lo que representaría un retroceso considerable para el programa atómico iraní.

Composición de la operación militar

La acción combinó el uso de bombarderos estratégicos y misiles de crucero. La Fuerza Aérea de Estados Unidos desplegó seis bombarderos furtivos B-2 Spirit, cada uno equipado con bombas antibúnker GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator, diseñadas para destruir estructuras profundamente enterradas. Sobre Fordo se habrían lanzado entre cinco y seis de estas bombas. En Natanz se utilizaron al menos dos. Al mismo tiempo, unidades navales estadounidenses dispararon más de treinta misiles Tomahawk desde submarinos y destructores en el Golfo Pérsico y el mar Arábigo, impactando objetivos en superficie en Natanz e Isfahán.

Esta combinación de armamento permitió destruir tanto instalaciones subterráneas como estructuras exteriores, incluyendo laboratorios, sistemas de defensa y edificios de apoyo.

Logística y alcance de los B-2

Los B-2 despegaron desde la base Whiteman, en Misuri, y ejecutaron una ruta cuidadosamente planificada para mantener el efecto sorpresa. Parte del escuadrón simuló dirigirse hacia el Pacífico antes de virar hacia el este, cruzando el Atlántico en dirección a Irán. Durante el trayecto, fueron reabastecidos en vuelo por aviones cisterna KC-135. El alcance del B-2, de hasta 18.500 kilómetros con reabastecimiento, le permitió cubrir la distancia sin escalas. La misión completa duró entre 36 y 38 horas, incluyendo el regreso a su base de origen.

Coordinación con fuerzas aliadas

La operación contó con coordinación estrecha entre Estados Unidos e Israel. Fuentes estadounidenses indicaron que Israel participó en la planificación y en la fase previa mediante ataques aéreos que degradaron las defensas antiaéreas iraníes. Esta ofensiva facilitó el ingreso de los B-2 al espacio aéreo iraní sin ser detectados. Además, Estados Unidos había desplegado fuerzas adicionales en la región, incluyendo cazas F-16, F-22 y F-35, junto con el portaaviones USS Nimitz, con el objetivo de proporcionar cobertura disuasoria y capacidad de respuesta inmediata.


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Antecedentes y consecuencias geopolíticas

El ataque se produjo en un contexto de escalada entre Israel e Irán. El 13 de junio, Israel había lanzado una serie de bombardeos contra objetivos iraníes alegando una amenaza nuclear inminente. Irán respondió con misiles balísticos y drones contra territorio israelí. Estados Unidos, inicialmente limitado a apoyo defensivo, cambió su postura ante reportes de inteligencia que indicaban que Irán podía estar acelerando el desarrollo de un arma nuclear.

Tras anunciar un ultimátum, el presidente Donald Trump autorizó el ataque preventivo, argumentando que era la única forma de impedir que Irán se convirtiera en una potencia nuclear y de garantizar la seguridad de Israel. Según Trump, si Irán no desmantela su programa nuclear, Estados Unidos continuará aplicando medidas más severas.

Reacción internacional

Irán calificó el bombardeo como una violación del derecho internacional y aseguró que su programa nuclear no será interrumpido. En respuesta, lanzó nuevos misiles contra Israel y advirtió que bases estadounidenses en la región podrían convertirse en objetivos. Aunque afirmó que no hubo víctimas mortales ni fugas radiactivas, la confrontación ha elevado el riesgo de una guerra regional.

Organismos internacionales como la ONU expresaron su alarma por la escalada. Varios gobiernos latinoamericanos, incluidos Chile, Colombia y México, condenaron el uso de la fuerza y pidieron reactivar el diálogo. En Europa, Reino Unido respaldó la necesidad de impedir que Irán obtenga armas nucleares, mientras que Francia y Alemania manifestaron preocupación por la situación. Rusia y China condenaron enérgicamente el ataque y lo calificaron como una violación a la soberanía iraní.

El B-2 Spirit: características y capacidades

El B-2 Spirit es un bombardero estratégico de largo alcance con diseño de ala volante y tecnología furtiva. Puede transportar hasta 18 toneladas de armamento en sus bodegas internas, incluyendo bombas convencionales, nucleares y antibúnker. Su velocidad es subsónica (Mach 0.95) y su altitud de operación supera los 15.000 metros.

Gracias a su diseño de baja observabilidad, es capaz de penetrar sistemas de defensa avanzados sin ser detectado. Sus misiones suelen realizarse en condiciones de sigilo absoluto, utilizando navegación GPS y sensores electroópticos. El B-2 puede operar desde Estados Unidos continental hasta cualquier punto del planeta con reabastecimiento en vuelo.

Impacto operativo

El ataque a Irán demostró la capacidad del B-2 para ejecutar misiones de alta precisión contra objetivos fortificados a gran distancia. La combinación de sigilo, autonomía y potencia de fuego lo convierte en un componente esencial del poder aéreo estadounidense. Aunque será eventualmente reemplazado por el B-21 Raider, el B-2 sigue siendo una de las plataformas estratégicas más avanzadas del mundo.

Preguntas frecuentes sobre el ataque de Estados Unidos a instalaciones nucleares en Irán

¿Qué objetivos atacó Estados Unidos en Irán?

Estados Unidos atacó tres instalaciones clave del programa nuclear iraní: Fordo, Natanz e Isfahán. La planta de Fordo fue el objetivo principal debido a su carácter fortificado, mientras que Natanz es considerada la principal instalación de enriquecimiento de uranio de Irán. Isfahán alberga un centro tecnológico con laboratorios y reactores de investigación.

¿Qué armamento utilizó Estados Unidos en el ataque a Irán?

Estados Unidos empleó bombarderos furtivos B-2 Spirit equipados con bombas antibúnker GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator, diseñadas para destruir estructuras subterráneas. Además, se dispararon más de treinta misiles Tomahawk desde submarinos y destructores en el Golfo Pérsico y el mar Arábigo.

¿Cuál fue la reacción de Irán ante el ataque estadounidense?

Irán calificó el bombardeo como una violación del derecho internacional y aseguró que su programa nuclear no será interrumpido. En respuesta, lanzó nuevos misiles contra Israel y advirtió que bases estadounidenses en la región podrían convertirse en objetivos.

¿Cuál es la importancia del bombardero B-2 Spirit en la operación contra Irán?

El B-2 Spirit es un bombardero estratégico de largo alcance con tecnología furtiva, capaz de transportar hasta 18 toneladas de armamento. Su capacidad para penetrar sistemas de defensa avanzados sin ser detectado y su gran autonomía lo convierten en un componente esencial del poder aéreo estadounidense.

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Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un periodista antes de su publicación.




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