En 1971, la familia Porto llegó de Cuba a EE.UU. con 100 dólares en el bolsillo, único patrimonio para iniciar la vida de sus 5 integrantes en este país. Actualmente son los dueños de Porto's Bakery, tres panaderías que facturan millones de dólares al año y dan empleo a más de 400 trabajadores, en el sur de California. La génesis de esta historia ocurrió en 1960 cuando en una modesta cocina en Manzanillo, Cuba, Rosa Porto comenzó a "hornear" sus recetas personales para poder salir adelante con sus tres hijos (Betty, Raúl y Margarita), mientras su esposo (Raúl) trabajaba en labores agrícolas. Así comenzaron a vender clandestinamente sus pasteles y bocadillos a los vecinos y su fama se extendía cada día más. Cuando salimos de Cuba, 11 años después, ya muchos cubanos que estaban en Estados Unidos sabían de ella", agregó. Sin saber inglés, pero sí mucho de postres, mientras su esposo trabajaba como mecánico, Rosa Porto comenzó hace 39 años a vender pasteles finamente decorados, preparados en su modesto apartamento en Los Ángeles. Además de los postres, Rosa se hizo famosa por sus singulares recetas de papas rellenas, croquetas, sus pastelitos de queso y guayaba, su pastel de chorizo y sus empanadas de pollo y carne. "Llegó un momento que la demanda creció tanto que ya no había capacidad en el apartamento, entonces mi mamá y mi papá consiguieron un local de unos 300 pies cuadrados en Echo Park, donde, después de pedir un préstamo de 10 mil dólares para equipar el establecimiento, abrimos en 1976 nuestra primera panadería", recordó la empresaria. Refirió que en esa época fue cuando los hermanos comenzaron a involucrarse con el trabajo porque sus padres siempre se las ingeniaron para mantener a sus tres hijos enfocados en los estudios, mientras ellos madrugaban y hacían los sacrificios que hicieran falta para salir adelante. "Y lo lograron, porque los tres terminamos nuestras carreras universitarias y al mismo tiempo nos formamos sólidamente en todo lo que tiene que ver con el negocio, desde hacer el pan, decorar los pasteles, atender al público, llevar las cuentas, todo, por eso hemos podido dedicarnos con tanta naturalidad a esta tarea que más que un trabajo es nuestra vida", enfatizó. En 1980 se mudaron de Echo Park a Glendale donde el negocio creció exponencialmente, allí sus más de 600 recetas de postres, emparedados, ensaladas, bocadillos, bebidas y más se venden en un local que ocupa dos edificios y que mide unos 25 mil pies cuadrados, donde semanalmente reciben más de 21 mil clientes. La segunda panadería abrió sus puertas en 2005 en la ciudad de Burbank, donde en un espacio de 15.300 pies cuadrados hicieron una réplica de la anterior con secciones de cafetería, panadería, repostería y áreas internas y externas colmadas de mesas dispuestas al público los 7 días de la semana. En noviembre la familia Porto inauguró su tercera panadería, en la ciudad de Downey, un moderno e impecable local de 21 mil pies cuadrados que pareciera no darse abasto para recibir a la extensa clientela. Rosa Porto se retiró del negocio en 1995, a los 65 años de edad, para atender a sus 7 nietos. "Mi madre decidió dedicarse de lleno a velar por nuestros hijos mientras nosotros asumíamos con orgullo su legado, ahora los nietos ya se están involucrando con el negocio que es un asunto de familia, un lugar donde vemos a la gente como amigos que llegan a comer en casa, a llevarse un poquito de Cuba y de la rica comida de mi madre, esa que sigue siendo el sello de Porto's", concluyó Betty. Fuente: EFE
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