Se fue Luis Yander La O, y van dos

Con solo dos días de diferencia, Luis Yander La O tomó ejemplo de su compañero Yadiel Hernández y abandonó el equipo cubano de béisbol, que se encuentra en Estados Unidos en un tope amistoso con la selección universitaria de ese país.

La salida de Luis Yander supone la pérdida de uno de los mejores bateadores de ese equipo, que apenas ha podido producir en los dos primeros choques del tope, con solo tres indiscutibles en 18 entradas y un no hit no run recibido. Además, deja un hueco vacío en la antesala, que pudiera ser llenado por Yurisbel Gracial, el guantanamero-matancero que tan bien bateó en el tope contra Nicaragua.

Estas rupturas previas a los Juegos Panamericanos se explican porque probablemente a los jugadores les sería imposible seguir su camino una vez finalizado el torneo de Toronto. A diferencia de ellos, que no juegan en ninguna liga extrajera con la bendición de la federación cubana de béisbol, Cepeda, Despaigne, Manduley y Ismel sí podrán hacerlo. Tras los juegos, ellos no volverán a Cuba hasta dentro de varios meses, cuando sus ligas hayan terminado.

El resto de los jugadores no pueden hacer lo mismo, pues se les consideraría desertores, como si fueran soldados de un ejército. Desde el momento en que se van, se les prohíbe regresar a su país y al equipo nacional. Las autoridades del béisbol cubano prefieren perderlos a llegar a algún tipo de acuerdo con ellos, lo cual resulta contraproducente y contradictorio.

Pero lo peor, resulta lamentable para nosotros, los fanáticos del béisbol, que vamos perdiendo las esperanzas de ver ganar a un equipo que se desangra por semana. Luis Yander va a tener una nueva vida, bien para él; la federación cubana se bloquea y reniega de nuestros peloteros, mejor para ella; pero, y a nosotros, ¿qué nos queda, aparte de resignarnos a ver perder a nuestro equipo una y otra vez en cada torneo, con tantos y tan buenos jugadores cubanos que hay regados por el mundo?