Mientras los premios Lucas conseguían el milagro, imposible en otras fechas, de postular en cuatro candidaturas al video musical Let me Be your lover, de Enrique Iglesias y Pitbull (Mejor video pop, Mejor video coreográfico, Mejor dirección y Mejor video del año) otras siete obras de artistas cubanos como Raúl Paz, El Micha, el dúo de Harold López Nussa y Santiago Feliú, SMS, Yolie, Kill the Party y Congregation fueron alterados en su edición, o excluidos de las nóminas oficiales, por alguna razón desconocida, puritana o suspicaz.
El video de Raúl Paz titulado Hace falta, que mostraba una criatura mixta entre Mickey Mouse y Elpidio Valdés, paseando por céntricos lugares de La Habana, mientras se escuchaban estribillos como aquel de “hace falta que las cosas se nos den”, fue sacado de la programación y de las listas de posibles nominados. Lo más notable es que la limitación se dicta luego de que el video se había televisado varias veces sin problemas, hasta que lo vio alguien poderoso y capaz de censurarlo.
En Ole, de El Micha, primero incluido y luego retirado de las nominaciones en reguetón y timbatón, solo ofrece “razones” para la censura como el violento contoneo de caderas de tres muchachas bellísimas, y ligeras de ropa, y la tremenda sensualidad del baile cuando ellas tres se encuentran con tres muchachos, igual de sensuales y de ligeros de ropa.
En banda sonora, estaba nominado, y luego desapareció de las listas, El tren de la línea norte, instrumental de Harold López Nussa y Santiago Feliú que apoya las desconsoladoras e inquietantes imágenes de un documental homónimo dirigido por Marcelo Martín. El tren de la línea norte muestra los rostros desconsolados y la tristísima realidad rural de caseríos y pueblos por los que pasa la llamada Línea Norte, supuesta alternativa a la Carretera Central.
SMS en Otro día más, presenta un tema complicado visualmente, pues convoca a figurantes, actores y actrices, con algún tipo de minusvalía, trastorno, gordura o fealdad, en contraste con un set pintado de rosa, que pareciera querer adornar a los personajes. Totalmente inocente, y nada nocivo, incluido algún travesti que aparece quitándose un corsé y que parece ser provocativo para la homofobia de los censores.
En la categoría de merengue electrónico la cantante Yolie se hizo acompañar por cuatro forzudos, descamisados, húmedos y en tacones, que bailan detrás de ella, mientras la muchacha solicita la atención sexual de un hombre. Pero el encuentro entre ella y ellos, de corte ligeramente erótico, provocó la malicia de alguien, y el realizador Pedro Vázquez y la cantante Yolie fueron llamados para reeditar el video, y sustituir determinadas imágenes que se consideraban demasiado fuertes para la hora en que sale el programa de los videos musicales cubanos. De modo que a los jurados les llegó una copia ya censurada, que es la que circula en televisión, cuando la ponen.
Kill the Party en Tocando el suelo también presenta una chica de convulsivos remeneos de cadera junto con unos roqueros un tanto apocalípticos que al final golpean sus instrumentos. Eso no era escandaloso ni en los años setenta. Algo parecido propone Congregation con Disaster King, en un paisaje futurista distópico y violento donde al parecer ha ocurrido algún tipo de catástrofe. Nada que sonroje a nadie.
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