El pasado 5 de enero, uno de los miles de cubanos que permanecen varados en Centroamérica, Rubén Ramírez Castro, falleció en el Hospital Rafael Hernández de la ciudad de David, capital de la provincia occidental de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica. Rubén había llegado a suelo panameño a través de su frontera con Colombia y se encontraba en un albergue en Progreso, localidad cercana a Paso Canoas.
Murió a causa del virus AH1N1, a la edad de 53 años.
El cuerpo del fallecido, según indicó Francisco Santamaría, director provincial de Protección Civil en Chiriquí, fue trasladado por vía terrestre y en coordinación con la Cancillería panameña hasta la capital panameña donde será cremado. Las cenizas, informaron este martes a la agencia EFE autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil, serán enviadas a los familiares en Cuba que han reclamado sus restos.
Como consecuencia del fatídico suceso, se intensificaron las labores fumigación y vacunación en los albergues de los cubanos para evitar futuros casos y prevenir el contagio y la proliferación de esta enfermedad.
En la actualidad más 8mil cubanos permanecen en Centroamérica en espera de poder continuar su periplo hacia Estados Unidos.
Un primer viaje piloto, fruto de un acuerdo para solucionar la crisis que los ha llevado a permanecer más de dos meses en Costa Rica y Panamá, fue efectuado el pasado 12 de enero. El éxito de la operación será debatido este miércoles 20 de enero, así como los próximos pasos para solventar la situación que viven desde noviembre pasado.
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