A las 7.38 pm de este 22 de enero acaba de ocurrir un sismo de 3 grados de magnitud en la Escala Richter, después de una jornada de soberbia calma para los santiagueros.
Desde la 12 de la madrugada de este día hasta la hora de este último evento sensitivo, apenas se habían registrado movimientos telúricos en la zona sur oriental de Cuba. El epicentro se localizó a unos 40 kilómetros al suroeste de la ciudad.
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Hoy, muy distinto a los últimos 5 días de tensión, sólo se reportan 28 temblores, uno sólo perceptible. Se mantiene el monitoreo y la vigilancia constante en el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas. (Hora Local 9 pm).
Opinión de los expertos
La situación ideal sería es que la tierra continúe liberando energías. Sería desastroso que se detenga abruptamente la actividad sísmica. Por eso el sosiego de hoy en la población, ha sido preocupación para los especialistas del CENAIS. Lo más importante es que la sismicidad vaya disminuyendo paulatinamente. El temblor de magnitud 5, del domingo 17 de enero, acaecido a las 3 y 30 am, puede producir réplicas por más de 3 meses. Sería un comportamiento normal, dentro de la situación anómala, jamás monitoreada por los científicos cubanos.
Terremoto de 1932 en Santiago de Cuba
La similitud con el terremoto de 1932 es precisamente que ocurrieron una serie de eventos premonitorios como los de hoy antes de que se registrara el sismo de 6.7 de magnitud que provocó afectaciones al 80 por ciento de los inmuebles de la ciudad. El sismo de 1932, dejó de 12 a 15 muertos y unos 400 heridos. Se salvaron miles de personas porque ya la población estaba asustada por varios días de sacudidas.
La actitud voluntaria de autoevacuación de la gente de aquella época y los avisos de la naturaleza permitieron que no murieran más habitantes. Si sacas cuentas hace más de 80 años, no ocurre un terremoto de gran intensidad, por eso la probabilidad ahora es mayor. Lo importante es mantener la calma y protegerse en sitios a cielo abierto cada vez que se zarandee la tierra. Y sí deben reportarse cerca de 32 mil temblores de magnitud 4 para que no suceda uno de magnitud 7 o más. Es un cálculo científico.
Fuente: Cuscó Tarradell
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