El próximo 21 de marzo, cuando arribe a Cuba el presidente norteamericano Barack Obama, lo hará previsiblemente junto a una delegación de hasta 20 miembros de la Cámara de Representantes y del Senado, indicó la agencia Reuters.
La noticia ha informado, además, de los intereses de la Casa Blanca de incluir tanto a demócratas como a republicanos en la comitiva que llegue a La Habana para mostrar, con la inclusión de senadores opositores, un apoyo bipartidista al proceso de normalización de relaciones con el país caribeño.
Aunque aún no han trascendido muchos detalles de la agenda de Obama en Cuba, que se sabe incluirá asistencia al partido entre los Tampa Bay y la selección cubana de béisbol a celebrarse el 22 en el capitalino Estadio Latinoamericano, fuentes consultadas por la noticiosa Reuters han adelantado de un posible anuncio, antes o durante la visita oficial, de nuevas regulaciones para viajes, comercio y regulaciones bancarias con la Isla.
El nuevo paquete de flexibilizaciones, el cuarto desde que Obama llegó al poder, pretendería facilitar los viajes individuales de los norteamericanos a la Isla, siempre que se encuentren dentro de las 12 categorías de viaje "pueblo a pueblo" establecidas por la administración, pues hasta el momento solo reciben aprobación quienes viajen en grupos o en visitas por motivos familiares.
El propio senador republicano por Arizona Jeff Flake, quien ha confirmado su presencia en la comitiva oficial, se ha manifestado igualmente a favor del levantamiento de restricciones a los viajes de los estadounidenses a la Isla vecina.
Las nuevas revisiones incluirían, además, enmiendas que posibiliten el uso del dólar americano en el comercio con Cuba. Con esto se respondería a un viejo y repetido reclamo del gobierno cubano que, a causa del embargo, se ve impelido a realizar sus transacciones internacionales en una moneda diferente al dólar, con las pérdidas que ello acarrea en las conversiones.
Desde que en diciembre de 2014 se puso en marcha el proceso de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos se han producido una serie de enmiendas a las actuales legislaciones por parte del gobierno norteamericano, que han facilitado las transacciones comerciales, las comunicaciones, los vuelos entre ambos países y los intercambios en diversas esferas de las sociedad.
El esperado viaje del presidente de los EEUU a Cuba constituirá un paso más en esta línea de acercamiento entre ambos países, pero podría ser, además, ocasión idónea para que se conozca mejor y más ajustadamente la realidad de la Isla y se pueda responder más adecuadamente a las necesidades de sus ciudadanos quienes, según algunos críticos con el deshielo, han sido los menos beneficiados de estos cambios en las relaciones y las medidas asociadas.
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