Un talentoso artista cubano, Kadir Lopez Nieves, comparte la misión con otros artistas cubanos de restaurar la antigua gloria lumínica a ciertos barrios de La Habana. Luego de casi cincuenta años de erosión, abandono y apagones, los letreros lumínicos serán restituidos, al menos parcialmente, en un proceso de reparaciones que quizás abarque, por lo menos, La Habana Vieja, El Vedado y Centro Habana.
Los creadores del proyecto de rehabilitación, según informó en inglés, en una nota del 11 de abril, el sitio web http://www.pressreleaserocket.net, lanzaron una campaña en Kickstarter para reunir $ 25,000 en un plazo que cierra el 21 de mayo de este año. Y así, con el apoyo de muchos contribuyentes, se espera recuperar las brillantes y coloridas luces que adornaban la vibrante capital de todos los cubanos hace cuarenta, cincuenta o sesenta años.
Esta será una excelente campaña en la que pudieran implicarse todos los amantes de la belleza de La Habana, y todas las personas que gusten de este tipo de anuncios de neón, y de esto modo todoas podrán participar en el empeño por devolverle a la ciudad una parte de su brillo perdido.
Según reconoce el sitio mencionado, La Habana de los años cincuenta rivalizaba en sus luces con París, como se reconoce en una escena del filme Memorias del subdesarrollo (1968) de Tomás Gutiérrez Alea. Kadir y su equipo de colaboradores aspiran a restituir ese glamour a través de este proyecto nombrado The Havana Lights, que también aspira a contribuir con el patrimonio cultural de la ciudad, y mostrar el intento de los cubanos por continuar enorgulleciéndose de su pasado histórico.
La iniciativa The Havana Lights, finalmente, también proporciona oportunidades de trabajo a mucha gente, y además cumple con las leyes y regulaciones emitidas por el departamento norteamericano de Treasury & Commerce. La campaña tiene el inconveniente de que se funda sobre el principio de todo o nada, y si no se logra la cifra meta de dinero esperada, para sufragar el proyecto, será imposible acometerlo.
Debe añadirse que las luces de La Habana, en los años cincuenta, y todavía en los sesenta, constituían atractivo y entretenimiento para los miles paseantes, de modo que muchos niños y adultos mejoraron su capacidad de lectura con tales anuncios de neón. Eran célebres, por ejemplo, la publicidad amarilla y roja de la Phillips en la calle Infanta, el anuncio de la Pan American, en 23 y O, y las vidrieras de El Encanto o Fin De Siglo, cuya propaganda eran cambiada constantemente.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: