Aunque el gran premio del XII Festival Internacional de Cine Pobre, en Gibara, correspondió a Tangerine, de Estados Unidos, y el Premio Especial fue para La pared de las palabras, de Fernando Pérez, los galardones en la competencia documental, de corto y largometraje, correspondieron, respectivamente, a La despedida, del guionista y director cubano Alejandro Alonso, y Tren de la Línea Norte, del también cubano Marcelo Martín.
En tanto este Portal ha informado en varias ocasiones sobre los triunfos y el contenido de Tren de la Línea Norte, y sus avatares con la censura en algunos medios, nos concentraremos en La despedida, que ha significado el reconocimiento del joven pinareño Alejandro Alonso, quien se interesó por el lenguaje audiovisual en la casa taller de Pedro Pablo Oliva y su Cinemateca Tiempos Modernos. En este lugar se ponía a disposición de un grupo de jóvenes determinadas películas de valor excepcional. Luego, llegaron otros talleres impartidos por profesores de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV).
Quienes formaban parte del cine club comenzaron a hacer experimentos, los proyectaban, se debatían las opiniones, incluso se intentaba ayudar a mejorar los trabajos de otros. Y el espacio devino pequeña escuela o cátedra a donde se iba a aprender a mirar, y luego, se intentaba hacer algo valioso. Mientras tanto, Alejandro cursaba la carrera de Estudios Socioculturales, en la Universidad de Pinar del Río.
Su primer trabajo «serio» fue Evocación, aceptado en la edición número 11 de la Muestra Joven del ICAIC. Fue entonces cuando sintió que era posible hacer cine en Cuba por vías no convencionales o instituciones, pues en la Muestra supo de jóvenes que trabajaban en las mismas condiciones que él, desde el punto de vista de los recursos.
Después de Evocación vinieron Delirio, codirigido con Lázaro Lemus; Crisálida; Cierra los Ojos; Escaleras al cielo; Velas (ganador en la categoría documental en la pasada edición de la Muestra Joven ICAIC) y La despedida, realizado como tesis de graduación en la EICTV, y presentado recientemente en el importante International Documentary Film Festival of Amsterdan (IDFA), entre muchos otros eventos.
La despedida cuenta la historia, o más bien el final de la historia, de un viejo minero que vive en las ruinas de lo que fueran las prósperas Minas de Matahambre, ahora inactivas. A sus 84 años, cansado de recordar y angustiado por las tensiones familiares, el protagonista se enfrenta a la certeza de que su tiempo se está acabando.
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