El sitio www.boredpanda.es/concurso-fotografia-viajes-national-geographic-2016/ publica espléndidamente, desplegadas, las mejores veinte fotos del concurso fotográfico para viajeros de la prestigiosa revista National Geographic, en un artículo firmado por James Gould-Bourn.
National Geographic siempre ha sido el escaparate de las fotos más evocadoras, sugerentes, y hermosas del mundo. Su prestigiosa competición anual siempre atrae a los fotógrafos más talentosos del mundo, quienes someten a un exigente jurado sus trabajos.
Hasta la National Geographic ha llegado el tema de la moda de Cuba y los cubanos, y el concurso titulado Fotógrafo de viajes del año 2016 incluye una postulación cubana, junto a otras diecinueve. Según puede verse en el sitio mencionado, donde se despliegan las bellas fotos en competencia, los jueces tendrán un trabajo bien difícil este año para elegir un ganador entre tantas imágenes asombrosas.
El Gran premio de este año es un safari de osos polares de 7 días para 2 personas (con vuelo incluido) en Churchill Wild-Seal River Heritage Lodge, en Manitoba, Canadá. Pero por supuesto, el premio real es sencillamente ser nombrado Fotógrafo de viajes del año por National Geographic. La competición finaliza el 27 de Mayo, de modo que todavía es posible incluir alguna otra foto entre las nominadas.
La foto cubana se titula simplemente “La Habana, Cuba”, pertenece al artista nombrado Toni Wallachy, y ocupa el décimo lugar, después de La ventisca y el edificio (Nueva York), Bestia (Dakota del Sur), Ventisca en las montañas (Suiza), Amanecer dorado (Toscana), Adónde vayas, te seguiré (Japón), Trollstigen (Noruega), Cabaña mística (Finlandia), Desierto de Namibia y Pueblo en la neblina (China).
Los países más representados en la selección son Japón, Estados Unidos y China. Y en casi todas hay situaciones singulares, simpáticas, imágenes impresionantes de fenómenos naturales o acciones humanas indicativas de grandes virtudes o defectos. La foto sobre Cuba refleja la imagen que suelen recrear los medios hegemónicos: destrucción, antigüedad y desolación, que por lo visto son buenos ingredientes para el alza turística que estamos viviendo.
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