Bueno, no "un ventilador", pero algo parecido y se le denomina PARAMOTOR.
Y este, el de la foto, se llama Luis Alberto García Rodríguez, e intentará reeditar en un paramotor, el vuelo que hiciera en 1913, Domingo Rosillo del Toro.
Un paramotor es un “invento” que sirve para volar.
Dicho así, suena a locura, y algo hay de cierto, pues es una pequeña estructura, armada de una vela y de un motor, que utiliza ambas fuerzas (la motriz y la eólica, para desplazarse)
Luis Alberto quiere reeditar la hazaña que en 1913 realizara Domingo Rosillo, quien en 1913 se convirtiera en el primer humano en cruzar por los aires el Estrecho de la Florida. Solo que el aparato que usará Luis Alberto ahora, cien años después, no es ni por mucho “más sofisticado” que el que usara Rosillo.
Graduado de Relaciones Internacionales, Luis Alberto se desempeña actualmente como jefe de un colectivo de 14 personas encargadas de brindar todo el servicio de cátering, chequeo de equipajes, a los pasajeros de los vuelos de las líneas aéreas Air France y KLM.
Llegó a este mundo cuando descubrió el parapente hace alrededor de 14 años.
De la sensación de subir una loma, correr, tomar impulso y saltar al vacío, Luis Alberto “ha evolucionado” al paramotor, que según sus propias palabras “se trata de una modalidad que se deriva del parapente, generalmente se utilizan motores de dos tiempos, con una hélice que da la propulsión y hace que uno en la carrera salga y despegue”.
Como todo lo que vuela, necesitan de rutas o las llamadas “zonas de vuelo”, que no son más que espacios, donde puede realizar su actividad sin peligro alguno para la aviación civil o comercial. Actualmente vuela en dos zonas: la del Morro y la de Varadero.
Hasta que un día decidió hacer travesías.
Primero voló, en el 2012, por toda la costa norte. Viajó desde Varadero a la Habana, en un paramotor, y lo hizo, dice que como preparación para un vuelo de mayor envergadura: el que haría luego de Batabanó, en la antigua provincia Habana, hasta la Isla de la Juventud. Como un catamarán de esos que transporta a los pasajeros, pero por el cielo; un vuelo que hizo en noviembre del 2013, y duró dos horas y 17 minutos.
Para realizar la travesía Cayo Hueso-Habana, Luis Alberto planea primero realizar un vuelo desde Isabela de Sagua (costa norte de Cuba) hasta la Habana.
Son 200 kilómetros, una distancia similar a la que existe desde el punto más al Sur de territorio norteamericano, a la capital del país, Cuba.
“Será una especie de entrenamiento para la travesía mayor (…) me permitirá probar el equipo con los sistemas tradicionales de combustible, un elemento que nos limita los vuelos a distancia”.
Si todo sale bien, Luis Alberto estaría volando desde el propio aeropuerto de Cayo Hueso, en el mes de octubre, entre el 6 y el 10.
Sería una hazaña. Cien años después de aquella que lograra Domingo Rosillo del Toro.
con información de Cubasí
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