La Unesco declaró en 2005 Patrimonio Cultural de la Humanidad la ciudad de Cienfuegos y, paradójicamente, en sus calles se encuentra uno de los mayores tesores del país en un estado de ruina total. Se trata del Palacio Goytisolo que, víctima de la dejadez oficial por recuperar este histórico edificio, agoniza entre escombros y desperdicios.
El Palacio, que fue declarado monumento local, está asociado al español Agustín Goytisolo Lezazarburu, natural de Vizcaya que lo ordenó construir tras llegar a Cuba en busca de oportunidades en la década del 30 del siglo XIX.
En 1847, 28 años más tarde de la fundación de la villa Fernandina de Jagua (actualmente Cienfuegos), la familia Goytisolo compró un solar en la calle Santa Elena para construir el famoso edificio.
La prosperidad de Goytisolo en la Isla le llevó hacia 1870 a ser uno de los empresarios más ricos del momento, debido a los cientos de esclavos que tenía a su disposición en las diferentes plantaciones, tanto de la Hacienda Simpatía como el ingenio Lequeito y el San Agustín.
Declarado inhabitable en 2005
El palacio, una referencia del arte barroco, ha pasado a languidecer de forma lamentable desde que en 2005 fue considerado inhabitable. También ha influido en su ocaso el papel que ejerció la Revolución, que acabó por transformarlo en una vivienda multifamiliar.
Considerado una casa-almacén de las más importantes del siglo XIX, la llegada del nuevo sistema con la revolución llevó a su dueño a abandonar el edificio, que acabó por terminarse en pequeños locales donde cohabitaban decenas de personas.
De la excelencia de antaño sólo queda el recuerdo de vecinos revendiendo materiales, desde las rejas hasta los ladrillos, y el estado ruinoso en el que se encuentra.
Destrucción progresiva desde 2012
La parte más llamativa del Palacio Goytisolo es que las autoridades locales no sólo no muestran ningún indicio de emprender su reforma, sino que además son partidarios de llevar a cabo la demolición. Tan sólo el papel de la Oficina del Conservador de la Ciudad ha evitado que se ponga en marcha.
Aún así, en 2012 ya se derrumbó parte del muro y del ventanal del edificio. Desde entonces la destrucción progresiva se ha convertido en una constante dirigida al fin de este espacio.
La Catalana, como también es conocido, no ha encontrado en la declaración de Monumento Local a un aliado. Según la información aportada por el portal 14ymedio, los expertos en historia local consideran que si no se lleva ninguna restauración se estaría enviando un peligroso mensaje para el resto del patrimonio del país.
(Imagen de 14ymedio).
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