La organización estadounidense Archivo de la Violencia Armada (Gun Violence Archive), reveló que durante el primer semestre de 2016, en Estados Unidos han perdido la vida 7 mil 321 personas por armas de fuego. 182 días. 40 muertos por día.
La cifra de heridos, muchos de los cuales no están en la lista de los muertos por apenas centímetros, llegó a 15 mil 149. En gran cantidad de los incidentes, el racismo -ya sea por color de piel o religión- ha sido la principal causa.
Pero las cifras no responden a un semestre atípico. Es más, ni siquiera hay una esperanza.
Según datos de la misma organización, el segundo semestre "arrancó con mal pie".
Contemos: Tiroteo en Florida, Tiroteo en Luisiana, Tiroteo en Baltimore, y por último - que ustedes saben bien no es ni será el último - el 7 de julio, Tiroteo durante una manifestación contra la violencia policial en Dallas, y en donde murieron cinco agentes de la policía.
Tanta violencia no podría generar otra cosa que miedo. Y aunque los datos de la consultora Gallup señalan que cada vez más ciudadanos norteamericanos apoyan una legislación de control de armas, políticos republicanos fundamentalmente, y entre ellos nuestro querido Senador por la Florida, Marco Rubio, se oponen a ello.
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