Probablemente nunca se sepa con certeza, pero entre Anastasio Somoza, Violeta Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, gobernantes de derecha en Nicaragua desde la década del 70 hasta la primera década del actual siglo XXI, este último, Bolaños, fue el único que no fue un desastre.
Lo cierto es que los otros tres, estarán en la historia de Nicaragua, sí, pero por ladrones, corruptos y asesinos.
No miremos las cosas como no son, y veámosla como lo que fueron: ningún gobierno de la derecha nicaraguense - a excepción de Bolaños, a quien también le acusaron de desvío de fondos públicos, y tráfico humano, pero no se lo pudieron probar - hizo nada por Nicaragua; ni por eliminar la pobreza en ese país.
Solo así, mirando las cosas desde el punto de vista en que las miraría el diablo, puede uno entender porqué, tantas veces Daniel Ortega ha estado al frente del gobierno nicaraguense.
Descontando el período en que estuvo en la Coalición del FSLN, Ortega estuvo, 5 años más (entre el 85 y el 90); luego volvió en el 2007 hasta el 2012. En este último año, se reeligió, por 3ra vez, y supuestamente debería irse en el 2017... pero no: no se irá.
Según explica en una nota el diario El País, "el Tribunal Electoral de Nicaragua entregó este viernes al presidente Daniel Ortega el control total del Parlamento" luego de desalojar "a los diputados de la oposición de sus escaños."
Digámoslo de otra manera: Ortega, es amo y señor de todo el poder en Nicaragua. Bueno no, le falta lo que sería el Consejo Nacional Electoral, y ser - además - Presidente del Tribunal Supremo.
Según El País, Ortega "consolida así todo el poder en su figura, con tintes cada vez más autoritarios, e impone un régimen de partido hegemónico en el país centroamericano."
El 8 de junio, la Corte Suprema ya había despojado al líder opositor Eduardo Montealegre, de la representación legal del partido PLI, dejando así a la oposición sin asideros legales por los cuales presentarse en las presidenciales de noviembre, en las que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), con Ortega a la cabeza, será el único candidato importante en liza.
El PLI pasó a ser dirigido por un desconocido, al cual consideran "aliado de Ortega", Pedro Reyes, quien era, a su vez, el máximo dirigente del MRS, un partido fundado en 1994 por el exvicepresidente y escritor Sergio Ramírez y conformado por disidentes del Frente Sandinista. Este, ante la insubordinación de sus "parlamentarios", le pidió al Tribunal Electoral que los despojase de sus escaños, y el TE lo complació. Esto, es lo que acaba de suceder.
Reyes, no lo duden, ha sido el Caballo de Troya, que ha puesto las cosas en bandeja de plata a Ortega, un mandatario que ha copiado, a juntillas el libreto que le enseñaron sus maestros cubanos.
Pero el futuro está garantizado, eso sí.
En un país que no termina de sacudirse de las deudas de la guerra, y de la pobreza y la corrupción, el FSLN - con Ortega al frente - les ha garantizado una dinastía familiar para el futuro: sus hijos, controlan cargos públicos; su mujer, Rosario Murillo, controla toda la administración pública y "cogobierna" con Ortega.
Cualquier semejanza con la dura realidad, no es un filme. Pueden, si lo desean, darse un saltico por La Habana.
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