Este artículo es de hace 7 años
Lo más común que puede suceder en un atleta, que se encuentre en una carrera como la maratón, es que tome con su mano un pomo de agua para hidratarse o para refrescarse.
Los hay quienes, además, antes de llegar a la meta, hacen gestos al público; otros hacen como si fueran un avión planeando.
Yo los he visto llegar con una bandera de su país en las manos, pero lo que hizo el maratonista cubano Richer Pérez, hoy, no lo había visto.
Richer en los minutos finales de la carrera, desplegó entre sus manos un cartel que reza "Yo amo a Jesús", y las cámaras no dudaron en fotografiarle para la posteridad.
Richer culminó la exigente carrera con tiempo de 2 horas, 18 minutos, 5 segundos.
Foto: REUTERS
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