El presidente del Comité Olímpico Cubano, José Ramón Fernández, fue la principal figura gubernamental en su condición además de “Asesor” del presidente Raúl Castro, en dar la bienvenida a la delegación olímpica cubana que compitió en los Juegos Olímpicos de Río.
La expedición conquistó cinco medallas de oro, dos plata y cuatro de bronce, con 11 preseas, para un lugar 18 en el cuadro general, lo que es considerado, junto a otras actuaciones, de “discreta” la faena. Fueron tres medallas menos que en Londres-2012.
Cuatro años atrás, el primer vicepresidente del gobierno Miguel Diaz Canel, se había encargado de la bienvenida.
En esta ocasión no se hizo público ningún mensaje enviado a la delegación por Raúl Castro.Lo más difundido este día fue la felicitación del gobernante cubano a la Unión Nacional de Escritores y Artistas (UNEAC) por sus 55 años.
La delegación estuvo comandada por los cinco medallistas de oro, los dos de lucha grecorromana y los tres de boxeo:el tricampeón olímpico, Mijain López, Ismael Borrero, Julio César la Cruz, Robeisy Ramírez y Arlén López.
López habló en nombre de los atletas y reconoció “hubiéramos querido hacer más”.
A diferencia de un año atrás donde habló durante el acto a los recién llegados de los Juegos Panamericanos de Toronto, en esta ocasión Fernández no lo hizo.
La ceremonia ,trasmitida en vivo por la televisión, fue clausurada por un representante de la Juventud Comunista quien tras ponderar los atributos de los deportistas,y del “deporte revolucionario”, y las “muchas experiencias a sacar” tras esta actuación, fustigó a aquellos deportistas cubanos que “han cambiado de bandera” y “son tratados como marionetas”.
El acto de recibimiento fue postergado por cuatro horas, previsto para las 8.30 am pero celebrado pasado el mediodía, por un retraso del vuelo desde Río de Janeiro.
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