Los electores habaneros se han preguntado estos días qué ocurrió con la presidenta de la Asamblea del Poder Popular en La Habana, Marta Hernández Romero.
Este fin de semana los medios oficiales de la capital y de todo el país divulgaron que Reinaldo García Zapata había sido designado, como Alcalde de la Habana, durante una reunión extraordinaria que encabezó la principal dirigente del Partido Comunista en La Habana, Mercedes López Acea, quien antes había dirigido en Cienfuegos de donde es oriunda.
Hernández Romero – que como su sustituto también fue vicealcaldesa de Santiago de Cuba- fue reelecta en 2013 para un mandato de cinco años, por lo que debía concluir en 2018. En las notas de prensa no se hizo referencia a la labor de Hernández en la primera ciudad de Cuba, no se usó el término “liberación” ni se dijo cuál será su nueva función.
Hernández, que es diputada, en 2011 había reemplazado en el cargo,también con antelación, a Juan Contino (2003-2011) relevo adelantado de Conrado Martínez (1994-2003) quien presentó su renuncia.
García Zapata, ingeniero agroindustrial de 48 años, miembro del Comité Central del Partido Comunista y diputado desde el 2008, fue vicepresidente y presidente de la Asamblea del Poder Popular en Santiago de Cuba, del 2001 al 2011 y del 2011 al 2016, respectivamente.
Según se desprende de la información, hace muy poco se instaló en La Habana .Apunta la nota que “recientemente fue electo como delegado por el municipio de 10 de Octubre, con el apoyo de más del 97 por ciento de los representantes del pueblo en la base”.
Le señalan “preparación técnica y profesional en labores de dirección” y conocimientos entre otros de “herramientas para el control y la lucha contra la corrupción”.
López Acea señaló “la confianza del Partido en que el presidente electo guiará correctamente a la Asamblea del gobierno en La Habana y que esta a su vez, lo acompañará en los nuevos retos del territorio.”
El nuevo Alcalde llega a La Habana en momentos en que se recrudece su vieja crisis del transporte público y aumentan las indisciplinas sociales que amenazan la acostumbrada tranquilidad ciudadana capitalina.
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