La "nueva relajación" en las restricciones de comercio hacia la isla ha encontrado detractores pero también partidarios dentro de Estados Unidos.
Muchos empresarios estadounidenses consideran que la normalización del comercio con Cuba es un paso que se debió tomar hace tiempo, porque productos cubanos como el ron y el tabaco, y algunos creados y patentados por la industria biotecnológica cubana, "necesitan" estar dentro del territorio norteamericano.
Se trata -dicen- de un mercado que está a solo 90 millas, que incluso tiene que ir a comprar arroz al lejano Oriente.
Empresarios de Illinois apuestan por un cambio político que les permita participar dentro de la renovación de la industria alimenticia y agropecuaria en la mayor de las Antillas. Creen que este estado estadounidense podría proporcionar hasta un 15% del maíz de Cuba, y también los granos de soja, según expertos en el tema de la agricultura.
Paul Johnson, director ejecutivo del grupo de trabajo de Cuba Illinois, afirma que "el próximo presidente y el Congreso deben mantener la presión y no dejar que den al traste ninguna de las iniciativas que el Presidente Obama ha puesto en marcha, de nuevo".
En espera estaría John Deere, el fabricante de equipo de granja basada en Moline, quien se encuentra listo para abrirse paso en Cuba. También listo está Caterpillar, el fabricante de tractores y maquinaria de construcción.
Pero la ley aún es rigida a pesar de los esfuerzos de algunos legisladores estadounidenses.
Uno que opina diferente es Paul Ryan, presidente de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos, quien este martes retieró su firme posición de mantener el embargo comercial a Cuba.
Según él, "los dos últimos años de normalización de relaciones solo han envalentonado el régimen a expensas del pueblo cubano". Y agregó:
"Tengo toda la intención de mantener el embargo a Cuba".
Ryan, es líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
En este sentido el legislador criticó las medidas tomadas por el Departamento del Tesoro que avalan la autorización de importación de productos cubanos a los Estados Unidos.
"La última movida del presidente Obama solo ayudará a financiar el control de los Castro en el poder y poner en peligro la propiedad intelectual de las compañías estadounidenses", precisó.
Al parecer, la solución inmediata es ver quién gana en noviembre las elecciones.
Hillary Clinton es partidaria de mantener el camino trazado por Obama, aunque exigirá mejoras en el tema de los derechos humanos en la Isla.
De todas maneras tendrán que batallar - y duro - los demócratas en el Congreso, porque la solución definitiva a todo este problema es el levantamiento del embargo, y los republicanos son mayoría en el Congreso, aunque muchos de ellos, son favorables a "los nuevos tiempos".
con información de Chicago Tribune y Notiminuto
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