La intervención del Vaticano en el enfrentamiento que viven el Gobierno de Venezuela, con Nicolás Maduro a la cabeza, y la oposición del país ha sufrido un cambio de ruta importante con la suspensión de la marcha que se había convocado para este jueves hasta el Palacio de Miraflores.
"La Conferencia Episcopal, el propio cardenal (Jorge) Urosa, y el Vaticano nos ha pedido que los eventos y marchas programados para el próximo jueves sean suspendidos y nosotros creemos que es sensato acatar a fin de evitar cualquier choque, cualquier confrontación", explicó Henry Ramos Allup a periodistas en unas declaraciones recogidas por 'Diario de Cuba'.
La mediación católica se produce después que hace apenas una semana las concentraciones por la suspensión del proceso revocatorio contra Maduro dejaran momentos de especial crispación social y política. Incluso el dirigente chavista amenazó con intervenir militarmente a las empresas que participaran en la huelga.
Por el momento la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está por la labor de sentarse a hablar con el ejecutivo venezolano. En este sentido el disidente Ramos Allup aseguró que el paro de las manifestaciones se hace para evitar la "contaminación del inicio del diálogo".
El parlamentario, según el citado medio, rechazó que desde la MUD haya temor por el "costo político" que suponga esta decisión y afirmó que todas las "direcciones políticas tienen que asumir con coraje las decisiones, y todas las decisiones políticas tienen un costo".
Sin embargo desde la oposición venezolana ya se ha advertido que en caso de no escuchar sus protestas abandonarán de inmediato la mesa negociadora, al mismo tiempo que ha decidido postergar el juicio político contra Maduro.
El objetivo de este nuevo posicionamiento es rebajar la crisis en la que se encuentra inmerso el país y priorizar el diálogo.
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