Más de dos meses después de que el potente huracán Matthew arrasase el oriente cubano, y sobre todo algunas localidades de la provincia de Guantánamo, muchos de los cubanos afectados por la tragedia no han podido todavía retomar su vida con normalidad.
En los municipios afectados, el paso de Matthew derrumbó total o parcialmente 38.800 viviendas, además de causar graves daños en la agricultura y en los servicios eléctricos y de comunicaciones. Las autoridades cifraron los daños en 63 millones de dólares.
La Ciudad Primada, Baracoa, fue una de las localidades más afectadas por el paso de Matthew. Allí, más del 80% de las viviendas quedaron dañadas y fueron muchos los baracovenses que perdieron totalmente su hogar.
Aunque las autoridades cubanas anunciaron rápidamente un plan de ayudas para todos los damnificados a causa del potente ciclón, muchas han sido las críticas que ha recibido el citado programa de ayudas.
En este sentido, para hacer frente a los daños en las viviendas el gobierno cubano afirmó días después del paso de Matthew que pagaría la mitad de importe de las reparaciones a los afectados, una medida que contó con grandes detractores quienes consideraron que el gobierno debía asumir la totalidad del importe.
A medida que pasaban los días, muchos de los afectados por el huracán denunciaron que la ayuda era insuficiente y que no llegaba a la totalidad de los afectados. Además, muchos se preguntaban con asombro por qué el gobierno vendía la ayuda humanitaria en vez de entregarla gratuitamente.
En este contexto, el gobierno cubano en vez de ofrecer una solución global ha ido anunciando pequeñas iniciativas que dan solución al problema de unos pocos ciudadanos.
Así ocurrió, por ejemplo, con la puesta en marcha de veintidós talleres destinados a fabricar materias primas y materiales necesarios para hacer frente a las reconstrucción de viviendas.
Ahora, el gobierno ha anunciado la construcción de 23 edificios que alojarán 250 apartamentos destinados a familias de Baracoa a las que Matthew arrasó su hogar.
El proyecto, todavía en fase inicial, se ubica en Paso de Cuba y su ejecución correrá a cargo de trabajadores del Ministerio de la Construcción de Santiago de Cuba .
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