En un comentario publicado en su perfil de la red social Facebook, la destacada musicóloga e investigadora cubana Rosa Marquetti, denunció una nueva manifestación de un viejo y conocido problema en Cuba: la tendencia a "beneficiar" al turismo extranjero en detrimento de los consumidores o clientes nacionales.
Si en años anteriores esto se evidenciaba más en "hoteles, cabarets, piscinas, celulares y renta de autos" el problema que nos cuenta Rosa alcanza a otras esferas donde tal trato diferenciado no solía ocurrir.
Según Marquetti, existe un desorden tal en la organización de los conciertos del Festival Jazz Plaza que se estaría "convirtiendo en norma", que hace que cubanos que compraron sus entradas para los conciertos, con sus correspondientes tickets, o aquellos - también nacionales -, músicos con sus invitaciones o invitados por organismos o por los propios organizadores, se han visto envueltos en la desagradable "situación" de encontrar que los asientos que les corresponderían en las salas, estaban ocupados por turistas extranjeros que adquirieron una especie de pase de Libre Acceso a través de la Agencia (Cultural) Paradiso y que les permite sentarse donde ellos deseen.
El hecho, engorroso, lo cataloga Rosa como despojo, pues a la hora de solucionar el asunto, quienes han tenido la razón han sido los extranjeros.
El texto, titulado "En defensa del espectador cubano" Rosa desmonta cada uno de los no puede ser, con los que destapa una imagen menos festiva y agradable del Jazz Plaza.
En sus palabras:
"NO PUEDE SER que personas que han comprado sus entradas, o han sido invitados por los organizadores y/o los músicos y porten sus invitaciones, sean despojados del derecho que les asiste a ocupar el asiento que les corresponde, por estar éstos ocupados por turistas extranjeros.
NO PUEDE SER que la Agencia Paradiso, encargada del llamado turismo cultural, entregue a los turistas una identificación de LIBRE ACCESO sin previamente conciliar con cada sala o teatro, las capacidades que le corresponden según las credenciales y paquetes turísticos vendidos.
NO PUEDE SER que aún antes de comenzar el espectáculo, algunas salas o teatros estén vendiendo alegremente entradas en divisa, sin manejar a conciencia y profesionalmente los planos de su lunetario respectivo.
NO PUEDE SER que hagan sentir a los turistas que están por encima del derecho que nos asiste a los cubanos que pagamos nuestras entradas.
El pasado año presencié incluso un altercado entre un turista y un funcionario que asistía como público donde llegaron a irse a las manos. Otro tanto ocurrió el sábado en el concierto RE-PERCUSIONES en el Teatro Nacional entre un extranjero prepotente y un joven cubano que tenía todo el derecho del mundo a disfrutar del espectáculo desde el asiento que le asignaron al comprar su entrada.
La justa necesidad de rentabilizar el evento no puede justificar tal nivel de desorganización. Lo grave es que al menos yo, he visto esta situación durante tres años consecutivos, sin que en el siguiente se experimente alguna mejoría o se implemente alguna solución. La Agencia Paradiso no puede disponer alegremente del aforo de los teatros sin tener en cuenta la gestión comercial misma de ese recinto. TIENE POR OBLIGACION que tomarse el trabajo de conciliar su demanda con las posibilidades del lugar PARA NO AFECTAR TAMPOCO AL ESPECTADOR CUBANO y para mostrar eficiencia y no desorden frente a sus clientes.
HAY QUE DEFENDER EL DERECHO DEL ESPECTADOR CUBANO QUE COMPRA SU ENTRADA, EN UNA ACCION TAMBIEN COMERCIAL,, Y A QUIEN LA ADMINISTRACION DE LA SALA O TEATRO, EL COMITE ORGANIZADOR DEL EVENTO Y LAS INSTITUCIONES QUE LO DIRIGEN, LE TIENEN QUE GARANTIZAR EL MINIMO RESPETO QUE MERECE. YA BASTANTE TENEMOS CON QUE LAS CAPACIDADES QUE DEJAN PARA LOS CUBANOS EN ESTE TIPO DE CONCIERTOS SEAN CADA DIA MAS Y MAS EXIGUAS."
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