A menos de un mes para que finalice su mandato, el presidente estadounidense Barack Obama, trata de preservar su legado medioambiental del mandato de Trump, quien dice no creer en las alternaciones provocadas por el cambio climático en el planeta.
Así, el mandatario estadounidense ha emitido un memorando que insta al Departamento de Interior a prohibir durante un “periodo sin una expiración específica” cualquier “exploración, desarrollo o producción” energética en aguas del Gobierno federal en el Ártico y en una zona del noreste de la costa del Atlántico que comprende a los estados de Virginia y Maine.
La prohibición afecta al 98% de las aguas estadounidenses en el Ártico, lo que supone unos 46 millones de hectáreas de aguas frente Alaska, zona que representa el 0,1% de la producción de petróleo en aguas de los Estados Unidos.
Además, la medida afecta también a 1,5 millones de hectáreas de aguas del Atlántico.
La decisión, explicó el presidente, se toma para “proteger un ecosistema único y sensible que es distinto del de cualquier región en el mundo”. Según aclaró, “el riesgo de un vertido petrolero en esta región es significativo, y es limitada nuestra habilidad de limpiar un vertido dadas las duras condiciones de la región”.
La nueva medida de Obama, se suma también a una moratoria que impuso el presidente en marzo para prohibir las prospecciones en el Ártico hasta 2023.
En paralelo, el primer ministro de Canadá, Jutin Trudeu, también decretó el veto de las perforaciones en las aguas canadienses del Ártico.
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