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Pestano se declara en contra del “Cuba unificado”

“No es por el hecho de que sean cubanos o no, sino porque llamarlos a una selección nos quitaría el valor (a los peloteros que se quedaron) que nosotros nos merecemos. Una cosa así nos ofendería, ellos se reirían de nosotros. ¿En qué sentido? En el monetario, en la profesionalidad.

Ramón Barreras/Vanguardia © Ramón Barreras/Vanguardia
Ramón Barreras/Vanguardia Foto © Ramón Barreras/Vanguardia

Este artículo es de hace 7 años

Por un lado, el presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Higinio Vélez, ilusiona a la fanaticada insular con la posibilidad de que el país compita con sus peloteros de Grandes Ligas en el Clásico Mundial 2021. Por el otro, el catcher más mediático de nuestra historia, Ariel Pestano, dice estar en contra del proyecto.

En declaraciones ofrecidas a Play-Off Magazine, el villaclareño sacó una lanza inesperada:

“No es por el hecho de que sean cubanos o no, sino porque llamarlos a una selección nos quitaría el valor (a los peloteros que se quedaron) que nosotros nos merecemos. Una cosa así nos ofendería, ellos se reirían de nosotros. ¿En qué sentido? En el monetario, en la profesionalidad. Porque aquí (en Cuba) hay muchos peloteros retirados que si hubieran tenido, tenido no, querido, serían estrellas de las Grandes Ligas y fueran millonarios, igual que todos ellos. ¡Felicidades!, ellos lograron su objetivo, algunos son mis compañeros, mis amigos, cuando visito Estados Unidos comparto con ellos, pero esa es mi forma de pensar cuando se trata del Cuba de pelota”.

Titular por más de una década en la selección de casa, Pestano –que no es de esos atletas que esconden lo que piensan bajo el manto del “sentido común”- añadió que “lo que debería hacer la dirección del INDER y el gobierno es darle un poquito más de valor a todas esas glorias deportivas que están aquí en la Isla y decidieron ser leales. Esa es la atención que merece el béisbol en Cuba. Ese es el ejemplo que merece la juventud que viene. ¿Cuál? Ver el sacrificio, el esfuerzo y la lealtad, y no los millones. Así pienso yo”.

El otrora enmascarado naranja, de quien David Ortiz dijo que parecía un torpedero tras el plato, nunca ocultó sus ambiciones de jugar en Grandes Ligas (“esa es la aspiración de cualquier pelotero”), pero mantiene una postura contraria a la cacareada reunificación beisbolera.

“Como a casi todos los atletas cubanos, también me hicieron ofertas para que abandonara mi país, pero de esa manera no quería. Nunca me pasó por la mente siquiera quedarme en el extranjero”, ha recordado una y otra vez.

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