Donald Trump presionó el martes a los congresitas republicanos del grupo conservador Freedom Caucus para que votaran a favor del proyecto sanitario que presenta hoy su gobierno ante la Cámara de Representantes.
El republicano necesita los votos en masa de su partido para aprobar su proyecto y conseguir, así, derogar la reforma sanitaria de Barack Obama, una de las principales promesas del republicano durante su campaña electoral.
La nueva reforma sanitaria se ha convertido, además, en una prueba del poder de negociación del republicano con el resto de legisladores de su partido, especialmente con el grupo de conservadores conocido con el nombre Freedom Caucus.
El grupo conservador Freedom Caucus acudió ayer al Capitolio para negociar tanto con el vicepresidente Mike Pense como con el propio Donald Trump algunos aspectos de la reforma sanitaria del republicano.
En su afán de negociación Pence prometió a los legisladores conservadores respaldar las enmiendas que presenten al proyecto en el Senado pero dijo no podían hacer ahora cambios legislativos en el proyecto.
El desacuerdo de este grupo conservador con la reforma sanitaria había sembrado serias dudas sobre cuál sería la decisión de algunos de sus miembros en la votación sobre la nueva ley de salud, que tendrá lugar hoy en el Parlamento.
Sin embargo, tras la reunión el miembro del Caucus Freedom, Mo Brooks, reafirmó la postura del grupo y declaró que más republicanos se oponían al proyecto de ley que el día anterior.
Los conservadores se niegan a hacer cambios en su postura y no apoyarán el proyecto de ley si la Administración Trump no contempla sus propuestas.
Los cambios que proponen son eliminación de los 10 Beneficios Esenciales de Salud que los planes de seguro deben ofrecer y que la rebaja de las primas esté vinculada al debilitamiento de la cobertura sanitaria.
Miembros del gobierno, por su parte, consideran que aceptar las propuestas de los conservadores sería contraproducente ya que restaría apoyos por parte de los republicanos moderados quienes no apoyarían una reforma que castigara financieramente a las personas que necesitan más servicios.
Teniendo en cuenta esta situación, el gobierno de Trump tiene difícil conseguir hoy los 216 votos que necesita para apoyar su ley, o 215 si el demócrata Bobby Rush se ausenta.
Por su parte, el congresista Mark Meadows declaró a los periodistas que no cree que el gobierno de Trump logre los votos suficientes para aprobar la reforma sanitaria. "No tienen los votos para aprobarlo mañana". “Creemos que necesitan empezar de nuevo y hacer un proyecto de ley que realmente reduce las primas”, añadió.
Con solo 21 o 22 votos en contra el proyecto no podría ser aprobado lo que coloca al gobierno de Trump en una situación verdaderamente díficil.
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