Sin una gran estatura ni corpulencia, el pitcher zurdo capitalino Arley Sánchez era dueño, además de una envidiable curva, de una sonrisa expresiva y dulce que empleaba lo mismo al ponchar a un rival que al “atrapar” a un corazón femenino. He aquí su historia.
“Soy de la pirámide del alto rendimiento, como casi todos mis contemporáneos Transité por áreas especiales y estudié en la Escuela de Iniciación Deportiva, EIDE, Mártires de Barbados del municipio Cotorro, en La Habana.
“Allí competí, por cuatro años, en las antiguas categorías 13-14 y 15-16 años. Luego continué hacia la ESPA (Perfeccionamiento Atlético) Manuel Permuy, donde estuve los dos años del juvenil.
“Ahí fui a los dos eventos nacionales que correspondieron a esa época. Recuerdo cuando ganamos uno. Era un equipo cuajado de magníficos peloteros como Yunier Escobar y Kendrys Morales, ambos de la MLB, así como Yamel Guevara y Deynis Suárez, dos grandes pitchers que condujeron a Industriales a más de un triunfo y en el caso de Deynis, integró el equipo Cuba que fue segundo en el Primer Clásico Mundial.”
Ver en la actualidad a Arley y observar su rostro cuando habla de su primer entrenador, es casi casi vivir una novela.
“Ramón Cairós fue mi primer preparador. Jugábamos en el estadio Edison del municipio 10 de Octubre. Comencé con apenas nueve años. Mi inclinación por el béisbol y no por otro deporte se debió, fundamentalmente, a los Industriales. La manera de jugar en el terreno, la garra que mostraban, las ansias de triunfar de los leones azules eran para mí, un niño pequeño, únicas.
Mi inclinación por el béisbol y no por otro deporte se debió, fundamentalmente, a los Industriales
“Fue así que me dije, aún siendo un infante: 'un día, un día yo voy a estar ahí'. No olvido que muchas personas bromearon en ese momento, pero luego me felicitaban cuando mis palabras se cumplieron.”
Y fue así que un buen día, con 19 años, Arley Suárez se sube a la nave azul de la capital, en la cuadragésimo segunda Serie Nacional de Béisbol, en el año 2002.
“¿Cómo no recordar aquellos días? Ese inicio para mí no pudo ser mejor, tuve una excelente temporada, luchando por ser el Novato del Año. Gané seis juegos y salvé ocho; o sea, intervine en catorce triunfos de mi equipo. Impusimos récord de victorias en ese momento con 66 y fuimos campeones nacionales.”
Aunque la pelota cubana ha experimentado un gran descenso en los últimos años, y conjuntos como Ciego de Ávila, Matanzas, La Isla, Granma han tomado protagonismo, la realidad es que existen cuatro equipos clásicos: Santiago de Cuba, Pinar del Río, Villa Clara e Industriales. Es cierto que en estos momentos, para algunos la mente está puesta en otras latitudes y ligas, y no precisamente cubanas, pero en la época de Arley hacer un Industriales era junto a integrar el CUBA, la máxima aspiración.
“Jugar con Industriales significó algo sensacional para mí. Era y es el equipo insignia del béisbol cubano, aunque haya descendido en las últimas temporadas. Es al que todos quieren derrotar; pero al que todos quieren ver jugar. El que tiene más adeptos y más detractores. El que jugaba play off todo el año pues, por la asistencia de público, lo hacía a estadio lleno. Los otros elencos juegan entre sí al ciento por ciento pero cuando era frente a Industriales lo hacían al 120. Siempre los mejores lanzadores en frente; siempre la principal alineación. No había respiro. Entonces vivir así tan bella experiencia por diez años resulta algo inolvidable, algo que muchos envidian.”
Y quiero decirles que de la década vivida por el zurdo capitalino en Industriales, cuatro veces logró alzar el cetro de campeón, algo que muy pocos pueden contar.
“Haber sido campeón en cuatro ocasiones con los azules, ha sido de las cosas más maravillosas que me han sucedido en la vida. Sin dudas, ha dejado una huella indeleble en mi corazón.”
Haber sido campeón en cuatro ocasiones con los azules, ha sido de las cosas más maravillosas que me han sucedido en la vida
Sin esa gran velocidad pero con control y dominio en sus envíos, Arley recuerda que el gran Ariel Pestano era de los grandes que más lograba dominar; lo contrario le ocurría con Jeison Pacheco ¡Cosas del béisbol!
“Aquellos clásicos contra Pinar, Santiago o Villa Clara eran algo indescriptible. La entrega, combatividad y amor a la camiseta por todos los peloteros, de uno y otro bandos, eran dignos de admirar. Ahí había competencia, deportivismo, grandeza. Te hablo de una de las grandes épocas en toda a historia de la pelota cubana y de la cual yo me enorgullezco siempre.
“El público disfrutaba de lo lindo, porque se jugaba a morirse en el terreno. Inolvidables para mí las victorias en las temporadas 2003, 2004, 2006 y 2010 (por cierto la última conquistada por los leones en la historia de las Series Nacionales).
El público disfrutaba de lo lindo, porque se jugaba a morirse en el terreno
“Dolorosísima la derrota en el 2007 ante Santiago. Todavía lo recuerdo y se me nubla la vista. Era un gran equipo aquel Santiago, pero contra ellos el revés dolía más. A ellos les pasaba lo mismo con nosotros.”
Y por supuesto, una pregunta que no podía faltar en esta conversación con Arley Sánchez ¿Su equipo Cuba ideal?
“Hay donde escoger y siempre se van a quedar afuera un montón de excelentes jugadores, pero ahí va el mío: Ariel Pestano, receptor; Agustín Marquetti, Antonio Pacheco, Omar Linares y Germán Mesa, en el infield.Alfredo Despaigne, Víctor Mesa y Luis Giraldo Casanova, en los jardines. Orestes Kindelán como designado, y en el pitcheo, Pedro Luis Lazo, Adiel Palma y José Ángel García ¿Mánager? Rey Vicente Anglada”.
El zurdo de la capital tuvo actividad internacional: Juegos del Alba, Torneo de Rotterdam en Holanda; el Pre Mundial en Colombia y los importantes Campeonato del Mundo en Taipei de China 07 y Universitario de Tokío, Japón 10.
“En ellos tuve una actuación invicta pues gané tres choques, salvé dos y no perdí, y mi promedio de efectividad fue menos de una coma 50. Lamentablemente me lesioné en la cita nipona, tuve que ser intervenido quirúrgicamente en el hospital Frank País y después ya no fue igual.”
En efecto, Sánchez trató de recuperar su codo y, mientras, apoyó como entrenador en el municipio 10 de Octubre en la serie provincial; incluso, colaboró con el destacado preparador de pitcheo José Elosegui con los serpentineros de Industriales para la Nacional, hasta que en el 2014 parte a Venezuela como instructor.
“Ahora llevo cinco meses viviendo en Italia. Trabajo en una Academia de béisbol sub 18. Me siento a gusto trasmitiendo lo que aprendí en Cuba. También he sentido alguna mejoría en mi brazo y es posible que participe en la temporada de la Serie A Italiana. Estoy feliz aunque el ambiente que viví con mis Industriales era algo tan fantástico; había tal camaradería entre los jugadores, que jamás podré olvidarlo.
Es posible que participe en la temporada de la Serie A Italiana
“Teníamos un director que era hombre y amigo por sobre todas cosas, Rey Vicente Anglada, que transmitía mucha confianza y energía positiva al grupo. Cosas esenciales para obtener buenos resultados. Ahí hice grandes amigos: Deynis Suárez, Yadel Martí, Osbeck Castillo, Maicel Díaz, Frank Montieh, Odrisamer Despaigne, todos pitchers; era con los que más andaba."
La nostalgia no abandona a Arley, quien con su bella sonrisa no olvida a su familia, que es su razón de existir; es la que lo impulsa. "Mi madre, que siempre me guía por el camino correcto; mi niña de 12 años, que vive en Cuba, y ahora estoy esperando aquí un bebé, de un nuevo matrimonio.
“Soy extremadamente feliz. Tengo una esposa excelente, me apoya, me entiende, comparte mis gustos (mi perfume es el Paco Rabane, me gusta la ropa clásica, y el carro de mi preferencia es el Maserati). Y sí, voto por el bienestar del movimiento deportivo cubano, que cada cual pueda competir donde quiera y pueda, y luego, unirse bajo nuestra bandera y por nuestra Patria. Eso es normal en el mundo entero ¿Por qué nosotros vamos a ser distintos?”
Voto por el bienestar del movimiento deportivo cubano, que cada cual pueda competir donde quiera y pueda, y luego, unirse bajo nuestra bandera y por nuestra Patria
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