Los contextos opresivos, marcados por la violencia, la miseria y la grosería son recreados en varias de las obras en concurso en la próxima Muestra Joven, un evento que, en esta edición, la número 16, también toca temas como la espiritualidad, la memoria histórica y la identidad sexual en un concurso principal que propone 40 obras entre animación, documental y ficción.
En los cines Charles Chaplin y 23 y 12 se estarán proyectando las obras en concurso, siempre en las tandas de 5:00 y 8:00. El Centro Cultural Fresa y Chocolate acoge conferencias de prensas, conversatorios y también exhibiciones de este evento que auspicia el ICAIC y se dedica a localizar el talento joven y conferirle un espacio de exhibición al cual se accede muy raramente.
Este año el Homenaje se dedica al injustamente desconocido documentalista Bernabé Hernández, y se ofrece la reposición de 12 de sus documentales. Por otro lado estará, como siempre, el Concurso principal, y secciones habituales como Eventos teóricos, Moviendo ideas, Presentaciones especiales y la Mirada del otro, dedicada a realizadores extranjeros que realizaron obras sobre las circunstancias y personajes cubanos.
Entre las nuevas secciones de la Muestra Joven se encuentra Bonus que programa en la pantalla del Charles Chaplin, 15 obras inscritas pero no seleccionadas para el concurso principal. De este modo se aspira a resolver un antiguo conflicto entre la exigencia y la necesidad de incluir la mayor cantidad posible de jóvenes talentos. La sección incluye 15 obras fuera de la competencia.
Por vez primera la Muestra Joven brinda a los asistentes a las salas de cine la posibilidad de otorgar el Premio del público mediante la votación por mensaje de texto (sms). Las obras tendrán una numeración del 01 al 40 que estará presente en el Bisiesto (periódico oficial del evento), en la cartelera de los cines, en la página web del evento, y en el sitio www.entumovil.cu.
Entre las obras del concurso principal despuntan, gracias a cierto prestigio acumulado por sus realizadores en Muestras precedentes, los documentales Casa de la noche, Batería, y El hijo del sueño, dirigidos respectivamente por Marcel Beltrán, Damián Saínz y Alejandro Alonso.
Casa de la noche habla sobre la capital de los cubanos, la ciudad maravilla y sus símbolos, vistos desde el tratamiento y degradación del celuloide. Damian Saínz ubica Batería al este de esa ciudad, en una antigua fortaleza militar en ruinas, donde acuden hombres cubanos homosexuales, no solo en busca de sexo, sino también de un refugio detrás de sus muros y escombros.
Sobre la homosexualidad, en relación con la emigración, trata El hijo del sueño, en el cual se hace la historia del tío del realizador, que se fue a los EE. UU en el éxodo del Mariel, por la intolerancia reinante en Cuba en aquellos años.
En cuanto a las ficciones, compiten cortometrajes realizados por jóvenes cineastas también reconocidos en diversos foros nacionales y extranjeros: Luxemburgo (Fabián Suárez), El hormiguero (Alán González) e Informe personal (Pedro Luis Rodríguez).
Luxemburgo habla sobre un hombre obeso que hace una terapia para bajar de peso, y sus ilusiones de mejoramiento aumentan cuando conoce a un guardia de seguridad de la primera fábrica de McDonalds en Cuba. En Informe personal también se habla de los cambios en Cuba a través del personaje de Ricardo, un analista financiero que está en contra de una medida económica que se piensa tomar en el país. No está dispuesto a renunciar a sus criterios sin ser escuchado.
El hormiguero transcurre en un barrio agresivo y hostil, donde vive Maida sufriendo robos y maltratos. Un abuso más despertará en ella la violencia que ha rechazado.
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