Los directivos de la Major League Baseball quedaron satisfechos con el Clásico. Al menos eso fue lo que dijeron, e incluso el comisionado Manfred adelantó que estaba asegurada la edición de 2021. Un Estados Unidos hermético; un Puerto Rico espectacular; una Holanda talentosa; un Japón consistente; una Dominicana espeluznante… Sobre la base de esos argumentos se escribió la historia de un evento que llegaba pendiendo de un hilo, enfrentado a la misión de brillar o morir.
Pero, ¿fue tan alta la calidad mostrada en los terrenos? Varios numeritos no hablan bien de lo ocurrido entre el seis y el 22 de marzo…
Más del 50 por ciento de los juegos (21 de 40) terminaron con scores globales superiores a 10 anotaciones. Hubo 15 partidos de más de 20 hits en el total. La ofensiva se dio un banquete pantagruélico, y para colmo las defensas fallaron 58 veces. Es más: solo en siete desafíos no hizo acto de presencia el fantasma del error.
¿Son tales estadísticas propias del buen béisbol? Definitivamente no. Por fortuna, algo salvó la imagen del torneo, y ese algo fue lo disputado de los choques.
La cuarta parte de los duelos (10) se decidió por la mínima diferencia en la pizarra. Y otros seis concluyeron con solo dos carreras de ventaja para el vencedor. Y otros siete, con tres. Es decir, 23 juegos de 40 fueron lo suficientemente reñidos como para conservar la expectación hasta el out del adiós. Y eso es magnífico.
Ya que hablamos de “estadísticas atípicas”, le comento que los semifinalistas fueron los equipos que más carreras fabricaron: Puerto Rico hizo 55; Holanda, 48; Japón, 47; y Estados Unidos, 41. Ahora bien, mientras boricuas, nipones y tulipanes consiguieron anotar casi a razón de siete veces por match, los yanquis lo lograron apenas en cinco ocasiones promedio, lo que da la medida de la efectividad de su cuerpo de lanzadores.
(Llegado a este punto, vale señalar que México anotó para una media de ocho carreras por jornada y no pudo clasificarse a la segunda etapa. Cuba, en tanto, no llegó a cuatro por choque y alcanzó a sobrevivir al tramo de apertura. Injusticias que tienen los deportes).
En cuanto al rendimiento de los serpentineros, maltratados hasta la saciedad en el torneo, tuvieron sin embargo varias faenas descollantes, especialmente si miramos a las siete lechadas rubricadas, repartidas en dos para el staff de Estados Unidos, y una per cápita para Holanda, Cuba, Australia, Puerto Rico y República Dominicana.
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