La IV Serie Nacional de Béisbol Sub-23 años se juega a lo largo y ancho del país. Resulta una competencia que, si bien no tiene la calidad que se quisiera, al menos sí le brinda juego a centenares de peloteros jóvenes que no cuentan con posibilidades dentro de su equipo provincial en el llamado “primer nivel”.
Errores tácticos, pésima defensa, ofensiva endeble, somatotipos discretos, entre otros detalles, son elementos que matizan el certamen. Sin embargo, siempre existen jugadores a seguir, esos que poseen cualidades para brillar dentro del béisbol cubano y un poco más lejos.
Aquí les dejamos cinco de ellos, comenzando por los peloteros de posición:
-Yoelkis Céspedes (Jardinero. Granma)
Céspedes lució bien con el equipo Cuba, a pesar de su merma ofensiva en los últimos juegos del IV Clásico Mundial. No obstante, el hermano de Yoenis, megaestrella de los Mets de Nueva York, lo hizo bien en la Serie del Caribe y despuntó en la campaña nacional al batear para .297 AVE, con 45 carreras impulsadas y seis cuadrangulares con los Alazanes de Granma. A sus 19 años, posee un brazo potente, buenos movimientos en el jardín derecho, fuerza ocasional madera en mano y excelente velocidad en el corrido de las bases.
-Oscar Luis Colás (Jardinero. Inicialista. Santiago de Cuba)
A sus 18 años, este pelotero de 6.1 pies sobresale por su versatilidad en el terreno. Los entrenadores destacan su potente brazo, su poder al bate y la velocidad en su swing. A pesar de la edad, es visto como un pelotero de cinco herramientas, quien, además, ha marcado hasta las 92 millas en su recta, como lanzador. Sin embargo, se le avizora un futuro promisorio anclado en el cajón de bateo.
-Ariel Martínez (Receptor. Matanzas)
Durante la III SNB sub- 23, este yumurino resultó el máximo productor de jonrones, liderazgo que demuestra su fuerza al bate. A la defensiva destaca por su potente brazo y por la ligereza de sus movimientos detrás del home. Con Matanzas, en la campaña 56, tampoco se achicó y fue el titular indiscutible del antiguo equipo de Víctor Mesa. Muestra un somatotipo envidiable con 6 pies 3 pulgadas, y a sus 20 años parece ser una futura estrella. Sin duda, Ariel Martínez es el receptor cubano con mayor impacto.
-Norel González (Inicialista. Villa Clara)
Aunque muchos hablan de él y destacan su fuerza al bate, Norel, a sus 22 años, todavía necesita trabajar con su swing, el cual es muy lento y se queda atrás con la recta de poder. Su contacto roza la media, lo cual es negativo porque depende de su ofensiva, ya que su defensa no es de las mejores, y, para colmo, es lento entre las bases. Este fornido inicialista (5. 11pies y 91 kilogramos) suma sus mejores actuaciones en los campeonatos para menores de 23 años, donde ha impactado por su bateo oportuno y fuerza en sus muñecas. Suma cuatro años de experiencia en Series Nacionales, y los mejores números los alcanzó en la campaña pasada. Varios scouts japonés lo miraron en el estadio Latinoamericano, pero, al parecer, no colmó las ilusiones.
-Yorbert Sánchez (Torpedero. La Habana)
Los entrenadores hablan muy bien de su disciplina y deseos. A sus 20 años, y ya con dos Series Nacionales, Yorbert Sánchez es considerado el mayor prospecto entre los torpederos en Cuba. Sus principales potencialidades están a la defensiva, con una extraordinaria movilidad hacia ambos lados del campo, excelente sentido de la colocación y un potente y certero brazo. A la ofensiva muestra un poder limitado, aunque presenta buen tacto, y es golpeador de líneas cortas hacia la banda contraria y veloz entre las bases.
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