La sorpresiva muerte de Ángel Espinosa a los 50 años, cuyo cadáver fue hallado este miércoles en un gimnasio en Miami donde fungía como entrenador, elevó a tres los púgiles cubanos campeones de los Juegos Panamericanos de 1987 en Indianápolis (EE.UU), fallecidos en los últimos 10 meses.
A principio de junio había muerto a los 53 años, el guantanamero Candelario Duvergel a causa de un infarto. El “Astro de la riposta”, se había proclamado en el peso de los 63.5 kg.
También en Cuba, a finales de ese mes se anunció la muerte,- pero no la causa- de Adalberto Regalado (51 años), ganador de la medalla de oro en los 51 kg en el torneo en el que eliminó al estadounidense Arthur Johnson, quien fuera el representante de su país en los Juegos Olímpicos de 1988 y luego pasara al profesionalismo.
Los últimos años han sido lamentables para el boxeo cubano por la muerte de figuras emblemáticas que no rebasaban los 60 años.
En noviembre de 2016, otra leyenda, el tricampeón mundial Adolfo Horta, murió en Camagüey tras sufrir un derrame cerebral . Tenía sólo 59 años.
En diciembre de 2012, a los 45 años víctima de una hemorragia cerebral, murió en Holguín Arnaldo Mesa, subcampeón olímpico en Atlanta 1996 y tres veces medallista de bronce mundial. El resultado más sobresaliente de Mesa ocurrió en 1996, cuando mereció la presea de plata al caer en la final olímpica ante el húngaro Istvan Kovacs (14-7), en 54 kilogramos, donde se inscribió a última hora tras el sacrificio emergente de rebajar varias libras desde los 57 kg, luego de que el titular cubano de la división gallo, Joel “Cepillo” Casamayor desertara en Guadalajara, México, durante un campo de entrenamiento en la antesala del viaje a Atlanta.
En junio de 2012 había fallecido a los 60 años, por un infarto, el legendario tricampeón olímpico de los pesos completos Teófilo Stevenson. Un mes antes, a los 62, el bronce olímpico de Munich-72 Douglas Rodríguez, víctima de un infarto también.
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