El célebre realizador mexicano Alejandro González Iñárritu y su director de fotografía habitual, Emmanuel Lubezki, ambos ganadores de varios premios Oscar, enfrentaron la innovadora producción cinematográfica de Carne y arena que mezcla modernas tecnologías con viscerales experiencias humanas, pues el corto explora la agotadora experiencia de un grupo de inmigrantes y refugiados mientras cruzan la frontera entre México y Estados Unidos.
Después de realizar juntos varias películas muy exitosas, como Birdman y The Revenant, González Iñárritu y Lubezki se unieron nuevamente para crear esta instalación experimental de realidad virtual llamada Carne y arena, con el subtítulo explicativo de Virtualmente presente, físicamente invisible. El filme se basa en casos reales y en situaciones que exploran las condiciones humanas de los inmigrantes y los refugiados.
Visualizar el filme de seis minutos y medio es una experiencia en solitario que requiere cascos especiales de realidad virtual los cuales borran la separación entre el sujeto y el espectador, y este último puede caminar en un vasto espacio y vivir a fondo un fragmento de los viajes personales de los refugiados, en un espacio narrativo ancho y luminoso.
Según explicó González Iñárritu el proyecto creció en su mente durante tres años, durante los cuales tuve el privilegio de conocer y entrevistar a muchos refugiados mexicanos y centroamericanos. Sus historias de vida forman parte de este proyecto que le confirió al director la oportunidad de experimentar con la tecnología de realidad virtual y romper la dictadura del encuadre cinematográfico.
Iñárritu y Lubezki crearon Carne y arena junto a la productora Mary Parent e ILMxLAB de Lucasfilm. El proyecto fue producido y financiado por Legendary Entertainment y Fondazione Prada. Precisamente, la versión completa de la película se exhibirá en la Fondazione Prada de Milán de junio a diciembre próximo.
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