Teniendo en cuenta el estado actual de la tabla de posiciones que comandan cómodamente en el Oriente, Camagüey y Santiago, y muy reñidamente Villa Clara, Artemisa y Matanzas en el Occidente, las subseries recién iniciadas en la Serie Nacional de Béisbol sub 23 que resultan más atractivas son: villaclareños-artemiseños en predios naranjas; y avispas santiagueras y gallos espirituanos en el “Guillermón”.
También puede convertirse en magnífico duelo el Pinar-Cienfuegos, ambos cerca de los líderes y que jugarán en el “Capitán San Luis” de Vueltabajo.
Completarían el programa de cuatro juegos de estas subseries, que por cierto marcan la mitad del campeonato, Mayabeque-Isla de la Juventud en tierra de los primeros; Matanzas-La Habana en el “Victoria de Girón”; Ciego-Guantánamo en el “José Ramón Cepero” de los tigres; Camagüey-Holguín en el “Cándido González” agramontino; y Granma-Las Tunas en el “Wilfredo Pagés” de Manzanillo.
En cuanto al campeonato, no hemos mejorado mucho de una semana a la otra. Siguen siendo muchas las bases por bolas y pelotazos a lo largo de toda la Isla, muestra inequívoca del descontrol de los staff de pitcheo.
Por ejemplo, según los numeritos que mi querido colega Duanys Hernández me hace llegar, en 160 partidos celebrados se han dado 1 198 boletos para un escalofriante promedio de 7,48 per cápita; y en esa misma cantidad de desafíos, los lanzadores han propinado 322 desboles para otro increíble average negativo de 2,1 por encuentro.
O sea, entre los dos conceptos, bases y pelotazos se embasan 9,5 corredores por juego. Al igual que la pasada semana, los de Agramonte siguen delante en el pitcheo pues son los únicos por debajo de dos carreras limpias por juego: 1,87, contrastando con el horrible 3,66 del colectivo en la Serie.
Tampoco la defensa mejora pues se cometen 2,88 pifias por choque; en total los errores suman 461. Un promedio pegado al piso de 963 lo atestigua. El más destacado, Ciego, con 977. En la ofensiva, ninguno de los seleccionados batea por encima de los 300. La media nacional es un bajísimo 263, lo que nos sigue demostrando que las fallas defensivas y el manifiesto descontrol de los serpentineros son las causas de victorias y derrotas. El que mejor conecta es Granma, con 289.
Individualmente sigue el camagüeyano Leonel Segura blandiendo con “seguridad” el madero: 427 de promedio ofensivo; 32 imparables, de ellos 10 tubeyes. También el artemiseño Hardy González no ha decaído y comparte el liderazgo de imparables con Segura. Lionard Kindelán se mantiene en la punta de los joroneros con seis e impulsadas, 19, este ultimo departamento junto a su coequipero Yoelkis Stevens; en tanto, el slugging lo encabeza Norel González del Villa Clara con 704.
En cuanto a los pitchers, ya dijimos que el renglón más desequilibrante de la lid, un camagüeyano está fuera de liga, Dariel Góngora, increíble con su 0,82 promedio de limpias en 42 y dos tercios de actuación. Góngora es puntero en victorias junto al santiaguero Digney Arévalo, con cinco; y también ocupa la cima en juegos completados con tres, al igual que el espirituano Pedro Álvarez, algo que en este siglo XXI, créanme, no es gracia.
Pero sigo con las estadísticas. El bombero mayor hasta el momento es el artemiseño Michael Ortíz con cinco salvamentos, en tanto el líder en ponches es Yosver Zulueta, de Villa Clara.
Ojalá y los muchachos se vayan adaptando y estas subseries que recién comienzan nos traigan mejores actuaciones que se reflejen en numeritos más aceptables.
Recordemos que esta sub 23 es solo el avance de lo que veremos en la quincuagésimo séptima Serie Nacional de Béisbol a desarrollarse a comienzos de agosto.
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