Es la diáspora de un movimiento beisbolero. Mientras algunos siguen dilapidando tiempo y talento en ligas improductivas en lo deportivo y económico como la Can-Am, otros deciden probar fortuna en campeonatos de dudosa calidad en Sudamérica, hay quienes se marchan a Europa y, los mejor dotados, abandonan el país para hacer carrera en Grandes Ligas. Y hay, también, unos cuantos que se van a Japón.
En estos momentos, la NPB –el segundo campeonato de pelota más fuerte del mundo- se solaza con los cuadrangulares de Alfredo Despaigne para los Halcones de Fukuoka, y en la organización de los Dragones de Chunichi militan el lanzador Raidel Martínez y el outfielder Leonardo Urgellés. Sin embargo, la lista va camino de alargarse…
Ya se da como un hecho que Liván Moinelo estará cinco años con los referidos Halcones. “Recibí la noticia de que iba a ser contratado estando en el Clásico –le contó el zurdo al periódico pinareño El Guerrillero. A pesar de mis resultados eso es algo que nunca soñé y creo que va a ser una experiencia muy bonita. Tengo muchas metas por lograr en Japón, pero primero quisiera llegar a ser el mejor pitcher de la liga”.
Otro que está muy cerca de firmar es el jardinero granmense Roel Santos, que a todas luces impresionó a los scouts nipones durante el Clásico Mundial y pronto podría vestir la camiseta de los Marineros de Chiba Lotte. Santos tenía en planes irse a la Canadian-American League, pero la oferta financiera de la liga asiática resultó infinitas veces más tentadora. “Su partida es solo cuestión de tiempo”, me dijo hace pocas horas una fuente autorizada de la Comisión Nacional.
Por último, está el caso del mucho menos conocido Oscar Luis Colás León, un lanzador de 18 años a quien pretende la poderosa franquicia de Fukuoka. El espigado muchacho, apto también para darle buen uso al madero, es considerado la gran perla de la categoría juvenil en el país.
¿Tendrán ellos el éxito que ha conseguido el gran Despaigne en aquellos diamantes? ¿Fracasarán como le aconteció a Frederich Cepeda? ¿O acabarán “cambiando el rumbo”, al estilo de José Adolis García y Héctor Mendoza?
El tiempo dirá.
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