En una vivienda con patio interior y todo, construida en las década de los años veinte del siglo XIX, se aposenta el hostal El Paso, en la muy corta calle del mismo nombre, frente al restaurant también llamado El Paso, y a unos pocos pasos de la Plaza del Carmen, la Oficina del Historiador, el restaurante El Ovejito, y la galería de la reconocida escultora Martha Jiménez.
La Plaza del Carmen (en cuyas inmediaciones se localizan el hostal y el restaurante El Paso) se distingue por situarse al centro del Camagüey histórico (Patrimonio de la Humanidad) en torno a una iglesia que es la única en la ciudad coronada por dos torres.
De modo que la Plaza del Carmen se distingue por una iglesia que se cuenta entre las diez más reconocibles en una ciudad como Camagüey, célebre por su arquitectura colonial y religiosa, presente no solo en la iglesia del Carmen, sino también en la del Cristo, Sagrado Corazón de Jesús, San Juan de Dios, Santa Ana, la Iglesia de la Soledad, el imponente Templo Bautista, la Capilla San José, y la Parroquial Mayor o Catedral Metropolitana, casi todas ubicadas dentro, o muy cerca, del Centro Histórico.
Lo que distingue al hostal El Paso, además del confort de sus siete habitaciones dobles y triples, la oferta especial de platos frescos y naturales, el servicio de desayuno y snack bar las 24 horas del día, y su decoración típica de la época colonial, es el trato excelente de su personal, siempre dispuesto a prestar atención al visitante con la proverbial amabilidad camagüeyana.
Históricamente, el barrio donde se ubican el hostal El Paso y la Plaza del Carmen, estaba habitado por gente muy pobre, negros en su mayoría, y en esta población vernácula, de antes y de ahora, se inspiró la escultora Marta Jiménez para adornar con figuras de bronce la Plaza del Carmen.
Así, muy cerca de la galería y estudio de la escultora reconocida aparecieron, sentadas en la Plaza del Carmen, como si siempre hubieran estado allí, Las negras chismosas, El vendedor de agua, y una de las más recientes, El Viejo que lee el periódico, inspirado en una persona real, habitante del barrio, que solía dejarse retratar al lado de la estatua que había inspirado.
Porque el hostal y el restaurant reciben su nombre en tanto se ubican en la muy corta calle El Paso, que servía de acceso a los feligreses de la iglesia, y también permitía llegar a un pozo de agua enclavado en esta calle, he ahí la razón del emplazamiento de la estatua que recuerda a El Matao, un aguador conocido por todos en el barrio.
En cuanto al restaurante El Paso, se distingue por la oferta de platos típicos camagüeyanos como el Tinajón de boniato, la Ropa Vieja sobre casabe, las frituras de malanga y el pan patato, una especie de pudín confeccionado con viandas, principalmente boniato, y miel.
Visité Camagüey por primera vez en 1994. He ido muchas veces después. Pero nunca había visto, con tanta claridad, la emergencia de la iniciativa privada y su contribución sustancial a mantener la belleza de la ciudad y su atractivo turístico.
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