Por desgracia, los Orioles anunciaron la víspera su decisión de liberar al jardinero cubano Henry Urrutia, quien venía desempeñándose en la sucursal Triple A de la franquicia.
Francamente, al hijo de Ermidelio le estaba yendo mal, pues apenas bateaba .175 en 20 juegos y 73 turnos oficiales, con un solitario jonrón y cuatro carreras empujadas. Su relación de boletos-ponches andaba por 6-21, y el OPS no alcanzaba los .500.
De 30 años, el espigado jugador de 1.96 metros había subido al primer equipo de Baltimore en par de oportunidades (2013 y 2015), con saldo global de 34 desafíos, un bambinazo, ocho remolques y average de .272.
Sus números en cinco campañas en las Menores jamás han vuelto a ser como los que fijó en su prometedor primer año al servicio de la organización.
Mientras, hoy, se supo que los Marlins de Miami decidieron prescindir de los servicios del también pitcher cubano, el zurdo pinareño Raudel Lazo, a pesar de que su staff, precisamente adolece de eso: de un repertorio de pitchers de la llamada mano equivocada.
Lazo, quien incluso tuvo un buen Spring Training, tendrá que buscarse un nuevo destino, quizás la Liga Mexicana, o por qué no, las Grandes Ligas Japonesas.
Otro tanto deberá hacer el derecho guantanamero Dalier Hinojosa, a quien los Phillies le dieron licencia de manera definitiva.
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