Menos de 48 horas después del atentado terrorista en Londres, Melbourne, la capital de Australia, se convirtió en el nuevo escenario de un acto terrorista. Allí, el lunes 5 de junio un hombre tomó como rehenes a un hombre y a una mujer y se atrincheró en un apartamento.
Desde allí, el atacante, Yacqub Khayre, llamó a una cadena local de televisión Channel Seven y afirmó que llevaba a cabo el ataque por ISIS y Al Qaeda.
La policía, por su parte, acudió al bloque de apartamentos alertada por una llamada que señalaba que había habido una explosión en el interior. Al llegar al lugar de los hechos, encontraron el cadáver del hombre mientras Khayre mantenía retenida a la mujer y negociaba con las autoridades.
El terrorista salió del edificio y se enfrentó a tiros con la policía hasta que fue abatido. Tres agentes resultaron heridos pero ninguno de ellos presenta lesiones de gravedad.
Horas después, el Estado Islámico reinvidicó el ataque a través de la agencia de noticias Amaq
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