Llegan los meses de verano y la situación del transporte público en Cuba se agudiza con escenas de tensión, pasajeros descalzos, a medio vestir o repletos de arena.
Según el portal oficialista 'Cubasi', el recorrido desde el municipio de Diez de Octubre hasta el Naútico puede extenderse durante más de una hora en medio de "gritos, malas palabras y conductas inapropiadas".
El panorama lo completan asientos rotos, paredes con grafitis o animales poco controlados. Unas dificultades que, en cierto sentido, se viven durante el año y que en la época estival se agravan en los trayectos cercanos a las playas y a las costas.
Los ciudadanos de la isla piden mayor presencia policial y más rigor por parte de los conductores de los ómnibus a la hora de permitir que suban pasajeros mal vestidos o en estado de embriaguez.
"Hasta hoy todo va bien pero ahora, cuando empiece la temporada de playa, todo se complica con los borrachos, la bebida y quienes no saben comportarse. Yo no sé qué me haré para llegar temprano y luego regresar a la casa", reveló al citado medio una residente.
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