Al menos 11 personas murieron y 18 resultaron heridas luego de que un hombre armado abriera fuego el domingo en una iglesia católica cerca de la ciudad de Onitsha, en Nigeria, informó la cadena BBC.
La policía local dijo a la prensa que el tiroteo fue el resultado de una disputa entre los nigerianos de Ozubulu que vivían en el extranjero.
El Comandante de la Policía del Estado de Anambra, Garba Umar, dijo que la violencia podría estar vinculada al narcotráfico. Se presume que el hombre armado había sido contratado para matar a un vecino de la localidad que se creía estaba en la Iglesia Católica St Philip.
Uno de los nigerianos involucrados en la pelea había participado en construcción de la iglesia, agregó Umar en un comunicado.
El párroco Jude Onwuaso dijo que el hombre entró en la iglesia y comenzó a disparar: "Después de la primera ronda, hubo segunda ronda y supongo que fue durante la segunda ronda que la gente fue asesinada a tiros. Cuando volví, descubrí que algunos de mis parroquianos estaban muertos, alrededor de cinco o seis”.
El Papa Francisco, por su parte, expresó su "profunda tristeza" por los hechos en un comunicado emitido el pasado lunes por el Vaticano.
"Profundamente entristecido por las pérdidas de vidas y los heridos en el violento ataque a la iglesia católica de St. Philips, Su Santidad el papa Francisco extiende sus francas condolencias a usted y a todos aquellos afectados por esta tragedia", señaló el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
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