Después de que Corea del Norte el pasado lunes emitiera una advertencia a los Estados Unidos, y que este martes el presidente de los Estados Unidos le respondiera a Corea del Norte y la invitara a no proseguir con sus amenazas, el Secretario de Estado del gobierno norteamericano, Rex Tillerson, hizo una especie de "llamado a la calma" y dijo que "los estadounidenses deben dormir bien".
Su frase sin duda iba dirigida a distender el ambiente generado tras el reporte de una agencia de noticias coreana que sugirió que Pyongyang podría atacar el territorio estadounidense de Guam, lo cual generó el envío, ayer mismo, a esa isla del Pacífico de bombarderos de guerra norteamericanos.
El secretario de Estado Rex Tillerson trató de calmar el sentimiento de crisis generado entre todos, luego del intercambio de amenazas entre Kim Jong Un y Trump, y según el Departamento de Estado, más tarde sostuvo una conversación con Trump, y que esta duró aproximadamente una hora.
El tono alarmista de Trump provocó no solo críticas entre sus opositores políticos en Estados Unidos y entre sus aliados y socios en Asia, sino que también hizo sus ligeros estragos en la Bolsa de Valores de Wall Street.
"Nada de lo que he visto y nada de lo que conozco indicaría que la situación ha cambiado drásticamente en las últimas 24 horas", explicó el funcionario.
Tillerson insistió en que Estados Unidos no está buscando realizar ninguna acción militar y que, por el contrario, tiene plena capacidad para gestionar un diálogo político que no excluye "sanciones y aislamiento de Corea del Norte".
También hubo fuertes críticas dentro del Senado. El líder de la minoría, Chuck Schumer, dijo que "la retórica imprudente no es una estrategia para mantener a Estados Unidos a salvo", mientras que la senadora demócrata Dianne Feinstein dijo que en momentos así, se necesita hacer diplomacia, y no ver quien "suena mejor".
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